Como seguidora de las novelas de Agatha Christie, confieso que ésta me parece la mejor historia de Miss Marple, y su adaptación cinematográfica está a la altura. Tiene un corto metraje y mantiene todo el interés para el espectador, incluso con algunas pinceladas de suspense, pues la vida de la protagonista parece estar en peligro en diversas ocasiones.
Bien ambientada y buena interpretación de Margaret Rutherford, aunque alejado del estereotipo que aparece retratado en los libros. La Marple de las películas es hombruna y activa (dispuesta a los disfraces), y la de las novelas se dedica a tomar el té con sus amigas, coser y chismorrear.
En el texto original, es una amiga de Jane la que presencia el estrangulamiento en un tren, y una niñera la que entra a trabajar en casa de los Ackenthorpe y la que irá informando de lo que descubre a Miss Marple, algo que está trocado en la película, comprendo que para darle mayor protagonismo a la anciana.
Como curiosidad, destacar (de ahí el título de mi crítica), que Joan Hickson interpreta el papel de Mrs.Kidder. Esta actriz, veinte años después haría de Jane Marple en la versión televisiva, con unos rasgos más ajustados a las descripciones de Christie.
En lo que no puedo transigir es en el papel del Sr.Ackenthorpe. En la novela se lo define como un viejo casi moribundo, astuto y socarrón (en pantalla me parece únicamente gruñón y algo sobreactuado), totalmente paralítico, y en la película repetidamente se le llama así, "viejo". Pero hay que entender que el actor que lo encarna, James Robertson Justice, contaba entonces con 54 años, solamente 14 más que su hija en la historia, Muriel Pavlow. Un error con las edades en el reparto, bastante común en diferentes producciones.