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Voto de seagal4ever:
8
7,5
36.950
Animación. Ciencia ficción. Acción
Año 2029. En una enorme ciudad asiática, una mujer robot policía -cyborg- investiga las siniestras actividades de un misteriososo hacker, un supercriminal que está invadiendo las autopistas de la información. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra que nos ocupa es, junto con "Matrix", de las más representativas y emblemáticas de lo que se ha venido en denominar cyberpunk: el último gran subgénero surgido de la vasta extensión que compone la ciencia ficción. Tomando como referencia la literatura británica de ciencia ficción de los '80, con nombres como William Gibson, Bruce Sterling o Walter Jon Williams, Masamune Shirow (el creador del cómic) y Mamoru Oshii (el director de la película) crean un complejo y claustrofóbico mosaico plagado de cyborgs, con altas dosis de tecnología, ciudades hiperpobladas e hiperdesarrolladas y el siempre presente dilema existencial de qué es exactamente lo que nos define como humanos y nos diferencia de las máquinas más complejas y avanzadas que jamás hayan surgido.
Esto y mucho más es esta emblemática obra que, junto con "Akira" (que no se queda a la zaga) conforman las dos grandes obras maestras del cine de animación japonés de ciencia ficción, al menos en occidente, pues no estaría de más añadir que este filme paso sin pena ni gloria por Japón. Su halo de culto se generó en occidente: en EEUU, pero sobre todo en Europa.
¿Y qué es lo que nos cuenta? Ni más ni menos que una historia futurista de espionaje encabezada por unos peculiares agentes con gran cantidad de componentes cibernéticos en su cuerpo: Motoko Kusanagi y Batou, agentes al servicio de la Sección 9, una entidad secreta del gobierno que se encarga de temas de seguridad en todo lo referente a la autopista de la información. Cuando un misterioso ser que se hace llamar "el titiritero" comience a poner en jaque el sistema, la pertinente investigación comenzará a complicarse cada vez más a raíz de las sospechosas ramificaciones existentes entre esta entidad y el gobierno para el que trabajan.
Esto y mucho más es esta emblemática obra que, junto con "Akira" (que no se queda a la zaga) conforman las dos grandes obras maestras del cine de animación japonés de ciencia ficción, al menos en occidente, pues no estaría de más añadir que este filme paso sin pena ni gloria por Japón. Su halo de culto se generó en occidente: en EEUU, pero sobre todo en Europa.
¿Y qué es lo que nos cuenta? Ni más ni menos que una historia futurista de espionaje encabezada por unos peculiares agentes con gran cantidad de componentes cibernéticos en su cuerpo: Motoko Kusanagi y Batou, agentes al servicio de la Sección 9, una entidad secreta del gobierno que se encarga de temas de seguridad en todo lo referente a la autopista de la información. Cuando un misterioso ser que se hace llamar "el titiritero" comience a poner en jaque el sistema, la pertinente investigación comenzará a complicarse cada vez más a raíz de las sospechosas ramificaciones existentes entre esta entidad y el gobierno para el que trabajan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Resulta completamente gratificante contemplar y maravillarse ante el mundo creado por Shirow y Oshii, una megápolis infestada de carteles de neón y repleta de ingenios tecnológicos por doquier (basada según su autor en Hong-Kong). No hay que fijarse demasiado para encontrar implantes de memoria artificial, ampliaciones de la capacidad cerebrales, latas de cerveza San Miguel (no es coña: parece que es una de las marcas de cerveza más populares en Asia) o manos que se transforman en largos apéndices mecánicos y que facilitan la escritura en el teclado de ordenador (una imagen que, personalmente, me pone enfermo por lo desagradable que es).
El guión puede pecar quizás de ser algo complejo, pero cualquiera que haya leído obras cyberpunk como "Neuromante" o "Mona Lisa acelerada" estará de acuerdo conmigo en que éstas no son precisamente de fácil comprensión, al margen de por los temas que tratan también por el enfermizo estilo de escritura de Gibson, un placer para el cerebro por otro lado.
Con "Ghost in the Shell" sucede lo mismo: Masamune Shirow tiene fama de escribir tramas ciertamente complejas y enrevesadas, y el bueno de Oshii simplemente se limitó a adaptar el particular universo de este genio japonés. Así pues, decir que la historia es de verás compleja, pero ha de serlo por necesidad. Esto no es "Blancanieves" (con todos mis respetos por la obra maestra de Disney), esto es cyberpunk, y lo es entre otras cosas precisamente por la complejidad estructural.
Tengo que hacer especial hincapié en la banda sonora, una composición de Kenji Kawai totalmente arrolladora y con un poder sin parangón que se ajusta perfectamente al tecnificado mundo que nos muestra el filme. No puedo dejar de reseñar la secuencia en que presenciamos un pasaje sonoro de diferentes escenas de la ciudad acompañadas con el bello tema central de Kawai.
Únicamente me quedan por señalar dos pequeños defectos. Por un lado, decir que uno de los temas centrales del filme es a todas luces el existencialismo y la delgada línea que nos separa a los seres humanos de los robots más complejos. Su presencia en la trama es evidente, y sin embargo me queda una sensación un tanto difuminada sobre la cuestión. No se termina de profundizar completamente en ello, y de verdad que es una pena.
Por otro lado, simplemente señalar que la película se me hizo demasiado corta, y de hecho su duración apenas es de poco más de hora y cuarto. Una lástima, porque material había de sobra para haberla estirado un poco más. Del mismo modo, el final resulta un tanto abrupto. Quizás la inclusión de alguna subtrama hubiera dado un mayor empaque a la obra que, con todo, me parece magistral. De obligado visionado para cualquier seguidor de la ciencia ficción.
El guión puede pecar quizás de ser algo complejo, pero cualquiera que haya leído obras cyberpunk como "Neuromante" o "Mona Lisa acelerada" estará de acuerdo conmigo en que éstas no son precisamente de fácil comprensión, al margen de por los temas que tratan también por el enfermizo estilo de escritura de Gibson, un placer para el cerebro por otro lado.
Con "Ghost in the Shell" sucede lo mismo: Masamune Shirow tiene fama de escribir tramas ciertamente complejas y enrevesadas, y el bueno de Oshii simplemente se limitó a adaptar el particular universo de este genio japonés. Así pues, decir que la historia es de verás compleja, pero ha de serlo por necesidad. Esto no es "Blancanieves" (con todos mis respetos por la obra maestra de Disney), esto es cyberpunk, y lo es entre otras cosas precisamente por la complejidad estructural.
Tengo que hacer especial hincapié en la banda sonora, una composición de Kenji Kawai totalmente arrolladora y con un poder sin parangón que se ajusta perfectamente al tecnificado mundo que nos muestra el filme. No puedo dejar de reseñar la secuencia en que presenciamos un pasaje sonoro de diferentes escenas de la ciudad acompañadas con el bello tema central de Kawai.
Únicamente me quedan por señalar dos pequeños defectos. Por un lado, decir que uno de los temas centrales del filme es a todas luces el existencialismo y la delgada línea que nos separa a los seres humanos de los robots más complejos. Su presencia en la trama es evidente, y sin embargo me queda una sensación un tanto difuminada sobre la cuestión. No se termina de profundizar completamente en ello, y de verdad que es una pena.
Por otro lado, simplemente señalar que la película se me hizo demasiado corta, y de hecho su duración apenas es de poco más de hora y cuarto. Una lástima, porque material había de sobra para haberla estirado un poco más. Del mismo modo, el final resulta un tanto abrupto. Quizás la inclusión de alguna subtrama hubiera dado un mayor empaque a la obra que, con todo, me parece magistral. De obligado visionado para cualquier seguidor de la ciencia ficción.