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España España · Málaga
Voto de JRBoxó:
8
Drama. Romance Inglaterra, 1962. Florence y Edward, tienen poco más de 20 años. Ella de clase media alta, él de clase baja. Inocentes, vírgenes y enamorados cuando aún no se había publicado el primer LP de los Beatles y “El amante de Lady Chatterley” estaba prohibido, se casan y van a pasar su primera noche de bodas a un hotel, junto a la famosa Chesil Beach. Lo que sucede esa noche, entre sus palabras y sus silencios, cambiará sus vidas para siempre.
19 de agosto de 2018
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra bien elaborada de Dominic Crooke sobre el guión del propio autor de la novela Ian McEwan con una interpretación más que notable de Saoirse Ronan bien secundada por Billy Howle. El primer amor que llega ingenuo y poderoso a la vida de estos jóvenes se ve truncado en la misma noche de bodas por una barrera emocional cuyo origen queda claramente aludido en el abuso incestuoso de un padre narcisista y déspota. Los trasfondos familiares y sociales determinan el curso y el final de una fascinación frágil e irrecuperable condenada a permanecer en la nostalgia de lo que pudo ser y no ha sido. Lo que se pudo construir y se escapó irremediablemente de nuestras manos y acciones nos permite reflexionar sobre las dificultades de dominar el presente y ser agentes de nuestras vidas. Sin embargo la peripecia se encuentra en el pasado infantil de la protagonista y queda algo marginada en la película pero ocupa un lugar central en nuestras reflexiones: el abuso sexual. Se trata de un desprecio que concierne a la integridad física de la persona. Una forma de maltrato en la que la persona es forzosamente privada de la oportunidad de disponer libremente sobre su cuerpo. Representa el modo más radical de menosprecio personal, ya que el grado de humillación tiene un impacto más destructivo sobre la relación práctica del individuo consigo mismo. Lo definitorio de estas formas de maltrato físico, representadas por la tortura y la violación, lo constituye no el dolor corporal, sino el emparejamiento de este dolor con el fenómeno psíquico de sentirse indefenso frente a la voluntad de otro sujeto, hasta el punto de estar privado de todo sentido de la realidad. Todo atentado contra la integridad física destruye el principio de confianza en el mundo. A través de la experiencia de este tipo de maltrato, la persona es privada de esa forma de reconocimiento que se expresa en el respeto incondicional al control autónomo sobre el propio cuerpo, una forma de respeto adquirida a través de la experiencia emocional del proceso de socialización. Este tipo de menosprecio daña la autoconfianza, ya que esa nace y se realimenta de la otro-confianza. El Principio de confianza en el mundo reza así: La certeza de que nadie tocará mi cuerpo si no es de la manera, en el momento y el lugar que yo permita y que en caso de ser agredido se me permita defenderme o recibir ayuda de terceros. El principio de confianza es una poderosa forma de organizar significados porque no está definida desde el observador sino desde la experiencia de las víctimas como bien apuntó Jean Améry en Más allá de la culpa y la expiación.
JRBoxó
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