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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
8
Drama Jason Dorkel tiene 18 años y pertenece a una comunidad gitana. Cuando está a punto de bautizarse en la fe cristiana, su hermanastro Fred sale de la cárcel. Fred, Jason y su hermano menor, un muchacho impulsivo y violento, se dirigen al mundo de los “payos” en busca de un cargamento de cobre. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ganadora del prestigioso premio Jean Vigo en el presente 2014, TODOS TUS MUERTOS viene a postular a Jean-Charles Hue como uno de los jóvenes realizadores franceses más prometedores. Reputado cortometrajista, su filmografía consta de dos largometrajes anteriores a esta virulenta, cruda y sacudiente muestra de sinceridad y prontitud cinematográficas. Hue se propone con su cámara estar a la altura de una imperiosa y problemática trama argumental en la que lo más importante no es tanto el nudo narrativo emplazado sino la escrutación adhesiva, porosa, agobiante de los personajes inmersos en ella.

La película arranca presentándonos a dos jóvenes montados en una moto. Uno de los dos lleva una escopeta. Van atravesando un extenso campo sin labrar. Los primeros diálogos entre ellos nos aperciben que el hermano mayor de uno de los dos está a punto de salir de la cárcel después de estar muchos años cumpliendo una condena. Un conejo se convertirá en blanco de uno de sus disparos. Esa mínima secuencia de cacería viene a condensar lo que será el desarrollo del gran asunto narrativo posterior, cuando, producida la llegada del hermano a su entorno familiar muy pronto decidirá asaltar un camión de cobre aparcado en una población algo alejada de su hogar. En el cometido le acompañaran sus dos hermanos menores y un primo de todos ellos. El film narra los acontecimientos que tendrán lugar durante esa larga e incierta noche.

Como ya ha sido referido, TODOS TUS MUERTOS impone fundamentalmente un evidente desmarque al patrón de cine negro sobre el que asienta su andadura: la nítida voluntad observativa de las características personales que definen a todos los personajes principales se antoja recurso mediante el que describirlos con tanta celeridad como hondura. Todos aquellos son gitanos; Jason, Fred y todos los demás refieren a esa reconocible etnia sita en los aledaños de muchas poblaciones europeas, viviendo en caravanas, ajenos a las costumbres de las habitantes de aquellas, y condenados a la delincuencia como forma de vida. Las primeras escenas del film son, a ese respecto, fundamentales, puesto que circunscriben con mucha precisión a los protagonistas dentro de su entorno.

Sin embargo, toda vez que se decide el robo del camión, el film se inmiscuye dentro del canon del cine negro de atracos: la resolución del plan establecido deviene en el minucioso objetivo narrativo del resto de la película. Hue se revela como un notable capturador de la sordidez, la carestía y la tosquedad ambientales dentro de las que quedan perfectamente enmarcadas tanto las distintas reacciones de los personajes frente a los sucesos inesperados que irán aconteciendo como el naturalismo, la urgencia, la verosimilitud casi documental de todos éstos. En ese sentido, cabe reconocer que la decisión de rodar con actores no profesionales se alía con las intenciones de su autor. La sensación de fidelidad con respecto al extracto social al que pertenecen es, en todo momento, máxima. Casi podríamos definir al determinismo escénico dirimido por el realizador francés como un singular cruce entre la prolija transparencia inherente a los hermanos Dardenne y la rabia planificativa del Audiard de DE TANTO LATIR MI CORAZÓN SE HA PARADO. En definitiva, una modesta lección de nervio narrativo al servicio de un código genérico (el “noir” galo), hábilmente sacudido de crudeza expositiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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