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Voto de Sines Crúpulos:
8
Drama A principios del XIX, durante las guerras napoleónicas, un teniente de húsares del ejército francés, el aristócrata Armand D'Hubert (Keith Carradine), recibe la orden de arrestar al teniente Feraud (Harvey Keitel) por haber participado en un duelo. Feraud, encolerizado, desafíará una y otra vez a D'Hubert durante quince años. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2008
153 de 166 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que nadie puede negar que, salvo escasas excepciones, poseen mucho más encanto las películas ambientadas en siglos lejanos que tratan sobre personajes de la plebe, o no del todo aristocráticos, que los que tratan sobre reyes, emperadores o alta nobleza.
Tal vez sea porque estas últimas sucumben al folletín y la telenovela, en vez de centrarse en su contenido histórico. Claros ejemplos pueden ser "El intendente Sansho" o "El nombre de la rosa". Como excepción: "Guerra y Paz", entre otras pocas.

Esta película posee el vestuario más bonito que jamás haya visto (salvo, tal vez, el de "Policía montada del Canadá") y una de las bandas sonoras más inquietantes que haya escuchado, así como un par de interpretaciones colosales, especialmente por parte de Keitel en el papel del testarudo, obsesionado y viciado militar, enganchado a las apuestas, los duelos, el honor y la fidelidad a Napoleón. Adereza su personaje mediante un gesto de brazos que repite varias veces en el filme y resulta brillante.

La ambientación y la fotografía son, sencillamente, perfectas.

Y su ritmo, al que acusan de lento, a mí me parece frenético. Antes de darte cuenta ya has disfrutado de dos duelos. Sí, decae un poco tras la guerra, con su vida familiar y posterior enlace, pero viene bien como calentamiento antes del duelo final.





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Sines Crúpulos
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