No encaja en la definición de remake, pero es obvio que la idea nace de El Conductor.
Se intuye que a algún productor le hizo tilín la peli holandesa, pero le pareció desaprovechada, así que metió la peli entera en diez minutos, y el resto, pues ya se sabe: persecuciones y peleas.
El Conductor era en casi todo su metraje calma tensa antes de la tempestad. La americana es tormenta desde el minuto 15: la canción de siempre en los remakes americanos de pelis europeas que, tampoco nos engañemos, juegan a ser blockbusters o a quedarse a las puertas de serlo.

Un experto en atascos que se dedica a desestabilizar coches para que les pasen camiones por encima y una mujer que rebusca en su bolso de Sport Billy son los protagonistas de esta cinta que se quiere vender como thriller psicológico pero acaba engullida en accion pura y dura bajo el mensaje de siempre: si tu familia esta amenazada, la violencia no sólo es el mejor camino si no que además es guay guay