Imaginaos un pueblecillo junto a los lagos de Sanabria. Unos cuantos paisanos y un puñado de veraneantes en agosto. Pues nada, que uno de estos se trae sus trapos sucios de la ciudad al campo, y se lia la cosa que la peña empieza a robar a saco, a matarse unos a otros sin dramatizar, a montar puticlubs de lujo, a meterse en política y chantajear...

Hace años una serie como esta nos tendría a todos pegados al televisor los sábados por la tarde y no se hablaría de otra cosa en el cole y la oficina. Pero ahora se producen series de este nivel, se fabrican diría yo, a todo trapo, una detrás de otra, que nos va a reventar la burbuja en toda la cara y no sé qué vamos a hacer para aguantar nuestra triste existencia.

Es que ya está todo hecho.
Zombies. Marchando serie. 15 temporadas. 45 guionistas. Los mejores efectos especiales. Remake, precuela y spin off. ¿Qué más quiere el señorito, una de vikingos? Toma. Dos superproducciones. Los 80.. aquí la tienes. Joder, pues no sé. Documentales de crímenes. No problema: una cadena de televisión entera.

Encima, todas empiezan con la dichosa explosión y de ahí para arriba. Piensas un giro. No hay. Piensas que no hay giro y aparece.
Todos los trucos y sorpresas posibles, están.
Nos haremos inmunes en pocos años, claro está. Y no habrá serie que nos interese. Y entonces el mundo será una mierda, porque pasa lo mismo con los videojuegos y los programas (basura o no) de television. Nos queda el Mundial de fútbol, y ojo, no por mucho tiempo, que están empezando a joder las selecciones también con inventos de ligas raras en otoño. Y tal vez, la literatura. No lo sé, no leo nada.
Se salva de la saturación el cine, pero porque ya reventó hace unos cuantos años, y hasta la película más fresca e independiente, o la más rara intelectual, nos parece mil veces vista.
Mal rollo, macho.