Asi responde escandalizado el dueño de "La Espuela", Thompson (Induni), que no debía andar muy bien de salud pues continuamente su hija está con el cuentagotas y el frasco para medicarlo. Se trata de un gran rancho de la zona de Las Cruces de Nuevo México, no Texas como erróneamente se dice en la cinta, y no quiere ni pensar en la posibilidad de que su preciosa hija Mary (Silva) se case con el capataz. Con la de buenas arreglos que hemos visto entre parejas de este tipo en el western. Y eso que el pretendiente es, además, un apuesto agente secreto, Jim James (Purdom) que está investigando los robos de caballos que se producen en la zona.
El argumento no está mal, hay acción y tiene su lógica aunque excesivamente complicada. La interpretación ya es otra cosa, sobreactuación de algunos, diálogos muy forzados, licencias inverosímiles en el género como esos ridículos besitos que se mandan a distancia, andar "con flores a Mary" a través de una criada fondona, sus peinados ultrabarrocos, escribir con plumas cervantinas de ave y no con los vulgares palilleros de madera y plumilla como era usual en la época ... en fin, una ambientación que podía mejorarse bastante.
En lo positivo encontramos buenas escenas de saloon, algunas peleas como la de "El Algarrobo", digo Álvaro de Luna y, lo que más nos ha gustado, los paisajes de tollos, que son esas magníficas formaciones arcillosas que semejan los tubos de un órgano o las columnas de un templo, seguramente filmadas en Morata de Jiloca o en Terrer (Zaragoza), lugares donde se ambientaron muchas escenas al aire libre.
Valorando todo, encontramos la cita bastante pasable. Nuestra esposa, poco aficionada al género, no ha protestado mucho esta vez.