Archijubilados y ociosos, un grupo de antiguos Rangers de Texas acuden a la llamada de necesidad, "Brasos" (o algo así), de uno de ellos. Como decir "¡A mí la Legión!"
Y hasta Budd Hill marchan tres viejos y queridos conocidos de la pantalla, Nash Crawford (Brennan), Jason Fitch (Buchanan) y George Agnew (Wills), tres venerables ancianos, pues un antiguo colega, The Baltimore Kid (Astaire), se encuentra con problemas. Al corriente de lo que pasa los pone el periodista local Amos Polk (Devine), otra reliquia.
En cierto modo el tema es un trasunto de lo que luego rodará Eastwood en "Space Cowboys" (2000), pero a mucha distancia.
Se trata de un telefilm flojo, un western en tono de comedia, sin grandes pretensiones, para pasar un rato distraído, con situaciones bastante disparatadas, a veces patéticas, "Cuando empecé a decaer, también lo hizo mi orgullo", pero que es también un canto a la amistad, al compañerismo y al honor.
Los actores están a la altura de sus nombres, que ya es decir, y ayudan a levantar un poco la obra que no da para mucho más.