En la Francia rural y profunda. Un verano tórrido, escasea el agua, las cosechas se pierden, los jóvenes se aburren, el vecindario está nervioso, la tensión se palpa en el ambiente ... y en medio de una tormenta nocturna de verano un hombre aparece asesinado.
Ya está, "En el calor de la noche" (1967). Pues no, falta aquí la tensión y la intriga de Jewison, como también el carisma de Poitiers o de Steiger.
La historia es buena: el chivo expiatorio, la víctima propicia de una sociedad que vuelca en un infeliz sus frustraciones y sus miserias.
Si en las epidemias medievales fueron los judíos, aquí es Josef (Leklou), un joven corpulento, un zascandil taciturno con cierto retraso mental, hijo de una familia gitana de chatarreros recién instalados en el pueblo. Aunque la etnia no se explicita, las imágenes ofrecen pocas dudas.
El tema, efectivamente, promete, sin embargo el guion es flojo, deja muchos cabos sueltos.
Peor es la realización que no profundiza en los personajes que apenas quedan esbozados, con comportamientos erráticos y poco coherentes. Ritmo lento con largos silencios que alternan con conversaciones insulsas.
Buena interpretación de Leklou.
Un drama, un dramón rural de perdedores con escasa intriga policial.
Un buen argumento pobremente desarrollado cinematográficamente, pero puede verse.