Pues sí, los "Forajidos implacables" al final resultan bastante placables y torpes.
El tema tiene cierta originalidad. No es del todo frecuente el rapto en el western, y más si se trata de un niño modosito como es hijo de la atractiva Jane (Gimpera), pretendida a su vez por el sheriff Bill Cochram (Longo).
Comienzo con la cámara moviéndose en giros circulares discotequeros y con la pantalla coloreada con filtros. Todo muy pop.
En cuanto se disipa la neblina y comienza la trama, vemos que estamos otra vez con la banda de Fernando Sancho. Malos, zafios y algo bobos, "Todos los de la estrella huelen siempre mal, apestan a carroña".
Otra novedad es tropezarnos con un ex sheriff alcoholizado por sus desgracias familiares, Fred Leinster (Halsey), una especie de Harrah (Mitchung) o de Duck (Martín) de "El Dorado" y "Río Bravo" respectivamente. De su rehabilitación dependerá el desenlace, "¿Cuántas cajas de whisky se compran con veinte mil dólares?"
El resto es todo muy flojo. La cinta carece de ritmo o de tensión, se suceden las acciones como algo inexorable, automático, como si no hubiera alternativas. Dirección rutinaria que apenas se detiene en el análisis de los personajes. Tiroteos con una reja por todo parapeto, bandidos enmascarados que luego se quitan tranquilamente el embozo. Escasa atención a los pequeños detalles.
Otro western mediterráneo, almeriense, rodado con gran modestia de medios pero que no pasa de regularejo.