Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Lafuente Estefanía:
3
Western A pesar de que todos los miembros de su tribu se niegan, un muchacho indio se empeña en cuidar y criar a un potro salvaje. La relación entre el joven y el animal se estrechará cada vez más. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No nos extraña lo más mínimo la poquísima atención que ha merecido esta cinta a los espectadores de FA. Nos ha parecido una obra aburrida, lenta, falta de ritmo y de toda tensión dramática. Puede servir como excusa que está dirigida a un público infantil, sin embargo una cosa es eso y otra muy distinta es largar este rollo infantiloide y pueril.
Trata de los indios arikaras, tribu que vivía en la parte alta del Misuri entre las dos Dakotas. Mientras las mujeres eran expertas cultivadores de maíz con el que comerciaban, así como guisantes, calabazas, tabaco o girasol, los hombres se dedicaban a la caza de ciervos y búfalos tal como veremos y escucharemos repetidamente en la obra, "Ser un hombre es ser un cazador", o "Aquel que come mientras puede cazar, no es más que un mendigo". Establecidos de forma sedentaria en casas techadas con tierra, el hechicero se distinguía por llevar una especie de sonajero que agitaba para ahuyentar los malos espíritus, como asimismo se aprecia cuando trata de curar la mordedura de una serpiente cascabel, o en las danzas rituales que dirige cuando los guerreros se preparaban para el combate o para la caza.
Lo mismo que otras tribus de las llanuras practicaban la autotortura como prueba de virilidad en ceremonias tribales de iniciación a la condición de hombre adulto apto para el combate. Así ocurre con el protagonista en un ritual en el que los jóvenes aspirantes, después de un largo ayuno y de meditación silenciosa, eran colgados de los músculos de los brazos en ceremonial que recuerda al célebre de "Un hombre llamado caballo" (Silverstein, 1970), si bien aquí no tan espectacular.
El argumento cuenta las aventuras de un joven indio arikara, Nisco (Crawford), atraído por un potro recién nacido, Mecapo, que no consigue domar y que le va a plantear numerosos problemas y vicisitudes. Y es que el caballo es algo muy valioso para los arikaras, "El hijo del jefe será juzgado por el potro que monte".
Western de "indios" sin presencia alguna de "blancos" ni de armas de fuego, esto no impide que contemplemos abundantes batallas con los malvados indios "serpientes" con los que están enfrentados los arikaras: "Declaro bajo juramento que nuestras lanzas beberán la sangre de nuestros enemigos". Como vemos estos indios eran muy aficionados a las frases sentenciosas y rotundas, cuyos verbos pronuncian en la obra a base de infinitivos.
Argumento bastante pobre, lo mismo que la realización y la ambientación. De hecho, la belleza de los paisajes queda muy limitada por un colorido deficiente. Eso sí, en la cinta hay todo un muestrario de los animales de aquellos territorios: búfalos, ciervos, renos, pumas, lobos, nutrias e incluso pavos.
Tampoco la música nos parece acertada. Y en cuanto a la interpretación lo mejor es la agilidad de aquellos espigados indígenas que montan y desmontan de sus cabalgaduras de un ágil salto.
Resumiendo, una obra muy floja y poco recomendable. Aventuras para niños demasiado infantilizados. Para postre Nisco no hace otra cosa que desobedecer siempre a su papá. Y eso que es el jefe.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow