Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western El jefe de policía Frame Johnson se retira para asentarse en un rancho con la mujer a la que ama. Pero unos maleantes le persiguen. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planteamos esta pregunta en la cabecera de la reseña porque da la sensación que nos encontramos en "La ley del Oeste" con una de tantas secuelas de la vida del famoso Wyatt Earp, ahora bajo el nombre de Frame Johnson (Reagan). Y es que encontramos en Frame una serie de hechos que recuerdan notablemente a Wyatt. Aquel aparece con sus dos hermanos solteros (Lut y Jimmy) en la ciudad de Cottonwood en 1882, cuando sabemos que Earp había estado antes en Dodge City y luego en Tombstone en 1879, donde tuvo lugar el célebre duelo de OK Corral contra los Clanton. Llega allí harto de luchas con idea de establecerse tranquilamente en un rancho, algo que desde hacía tiempo iba buscando Earp en la vida real.
Hasta tal punto estaba harto que no quiere enfrentarse con Kurt Durling, el violento cacique local que domina el pueblo con sus pistoleros y con un sheriff que está a su servicio, prefiriendo marcharse a restaurar su casa. Tendrá que ser la muerte de su hermano Lut, nombrado marshall de la ciudad, lo que motive su toma de partido y de la estrella del cargo, en defensa de los atemorizados y acobardados ciudadanos.
También Earp fue marshall. Hay que aclarar que en esos momentos en Cottonwood conviven el sheriff, que es elegido por los ciudadanos y que controla Durling, y el marshall que nombra interinamente el juez de la ciudad que se erige en defensor de la justicia. Conviene señalar que se trata de dos autoridades diferentes, de hecho "sheriff" procede de la contracción "shire reeve", en Inglaterra una especie de magistrado civil pero en EEUU el responsable de las funciones policiales en un condado. Mientras "marshall", del español "mariscal", es una agencia federal que depende del Departamento de Justicia del país con funciones concretas en el ámbito penitenciario. Con lo que tiene bastante sentido el nombramiento que hace el juez de Cottonwood con los Earp.
Otra similitud entre los personajes la presenta la presencia del dentista Doc Holliday, en esta ocasión transformado en un modesto enterrador, pero que viste también de riguroso luto como aquel. Hacia el final aparecerá un Dr. Harvey para extraer la bala que recibió Frame de uno de sus hermanos, con el que asimismo se enemista.
Por lo demás nos ha parecido una película interesante. Es verdad que el guión es muy poco original, pero el desarrollo de la acción es ágil y dinámico. Los personajes no se salen del tópico para nada, los buenos son buenos y los malos son malos. Nada nuevo, pero hay varias escenas a destacar como la cobarde persecución de los esbirros del matón a un pobre desgraciado que acaban ahorcando, la eterna pusilanimidad de los vecinos o el carácter panzudo y socarrón del sheriff. Sin embargo nos quedamos con la pelea entre Frame y el manco Durling, que con su muñón atizaba buenos mandobles al marshall.
Aunque solo sea por ver a un futuro presidente de los Estados Unidos empapelando su habitación, merece la pena ver la cinta.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow