En la frontera entre Arizona y México, la ciudad de Yuma fue famosa por su cárcel que abrió sus puertas en julio de 1875. Siempre estuvo en construcción, pues la mano de obra que se usaba era la de los mismos presos.
En la cinta se olvidan de esta prisión federal para centrarse en la falta de autoridad y de respeto por la ley que allí se vivía, "Aquí la gente se limita a esperar y a ver que pasa".
Los asesinatos se suceden y la dueña del hotel quiere cobrar por adelantado al nuevo sheriff que llega a la ciudad, Dave (Walker), 10 dólares por semana, aunque él es optimista y paga un mes, "Me llamo Harmon y he venido a traer la ley".
Trama rutinaria complicada con la presencia de administradores sin escrúpulos que matan de hambre a los indios, de oficiales del Ejército que les siguen el juego y de una vieja venganza.
Temas muy manidos tratados con un guion ramplón y una dirección rutinaria que apenas penetra en los personajes, dejando una obra lenta y sin tensión dramática.
Tampoco las interpretaciones dan mucho juego.
El remate son las pésimas imágenes del formato televisivo que ofrecen.
Es impropio que las actuales cadenas de televisión pasen en estas condiciones las películas. Desenfocadas hasta en los créditos y con un pésimo colorido.
Cinta floja que no recomendamos.