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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western. Aventuras. Drama México, 1850. Para salvar a su marido, atrapado dentro de una mina de oro, una mujer contrata a cuatro hombres. La mina se encuentra en una zona sagrada para los apaches: "El jardín del Diablo". (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la cinta en una paradisíaca playa mejicana, Puerto Miguel. En la taberna "La Florita" suenan bellas canciones del país, "La mujer miente cuando habla pero nunca cuando canta".
Parece el arranque de un western marítimo. Error. En cuanto aparece Lea Fuller (Hayward) ofreciendo miles de dólares por rescatar a su marido sepultado en una mina de oro la cosa cambia. Salen con ella los cuatro rescatadores que, ya que no pueden seguir la fiebre del oro californiano, lo van a buscar a las entrañas minerales del Valle del Diablo. Son ellos un veterano ex sheriff de vuelta de todo, Hooker (Cooper), un jugador profesional ("y algo poeta"), Fiske (Widmarck), ambos ocupando un lugar preeminente en el reparto, y ya en segundo plano un cazarrecompensas mujeriego y ambicioso y el valentón Vicente (Mendoza), como representación local.
El viaje es largo y lento, porque premeditadamente debemos recrearnos en la contemplación de los magníficos paisajes de geología volcánica que atraviesan. También porque poco a poco debe ir saliendo a relucir la personalidad de cada uno de los viajeros, su pasado, ambiciones, dudas y proyectos. Sin duda es lo más valioso de la cinta, la introspección individual de cada uno, pues el argumento es bastante incoherente.
Cinco personas en busca de un hombre herido en una mina de oro. Seis cuando lo encuentran y lo rescatan con una pierna fracturada, que es hábilmente reducida y entablillada por Hooker. Llega entonces el momento de conocer la realidad de este extraño matrimonio que oculta asimismo su propio pasado, y que sale a la luz en medio de los delirios histéricos del enfermo.
El ritmo es ciertamente irregular con pasajes un tanto aburridos, el guión malo sin contemplaciones, pero la majestuosidad del paisaje lo compensa con creces. Las escenas del triple paso por el desfiladero son de las más conseguidas que hemos visto en un western. La interpretación es superior en el caso de Widmark, sin que desentonen Cooper y Hayward. No hay prácticamente secundarios, los indios quedan muy desdibujados al fondo.
Película de frases rotundas, pero sobre todo de personajes, de personalidades, de caracteres. Allí sale a relucir la ambición, la avaricia, el egoísmo, la desconfianza, la pasión, los celos ... pero también el amor, la generosidad y el altruismo. Al final, "Digan los hombres lo que digan, lo que hacen es lo que importa".
Este jardín del Diablo recuerda un poco al de las Delicias del Bosco cuando muestra sin recato lo más oscuro y abyecto del hombre, pero lo redime en un antológico final por la poética generosidad de otro hombre. Todo con una bellísima puesta de sol como fondo.
Con sus altibajos, que los tiene, una buena película.
Lafuente Estefanía
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