Un film que se nota hecho con cierto cuidado, y sobre todo con mucho respeto para con el espectador, algo relativamente habitual en el horror asiático.
Pero esta continuación (que no lo es tal) de la saga WHISPERING CORRIDORS se articula como un drama social, escolar y romántico con desenlace trágico, más que como una cinta paranormal al uso. De hecho, da poco o nada de miedo, porque parece que ni siquiera lo intenta. Lo que desea reflejar es el sufrimiento diario de unas escolares que se ven rechazadas por sentirse atraídas entre sí en un colegio sólo de chicas. Este sufrimiento acabará en tragedia que salpica a otras alumnas del centro, sobre el que parece al final recaer una maldición generalizada. Precisamente estos momentos cercanos al desenlace, donde todo el alumnado queda atrapado dentro del colegio mientras se sucede el caos a su alrededor, son los mejores del film, especialmente para los espectadores de lo fantástico.
Pero esta película agradará mucho más al que vaya buscando una película sobre chicas excluidas del juego social en la escuela. Poco más.