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España España · Madrid
Voto de Alvaro:
8
Drama Primera Guerra Mundial (1914-1918). Primera adaptación de la novela homónima de Ernest Hemingway; la segunda la dirigió Charles Vidor en 1957. Antes de que los Estados Unidos entren en la guerra en 1917, Frederick, un periodista norteamericano, se alista como voluntario en el Cuerpo de Ambulancias italiano para poder seguir de cerca los acontecimientos. Tras recibir una herida, ingresa en un hospital y se enamora de Catherine, una enfermera británica. (FILMAFFINITY) [+]
1 de junio de 2011
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remontarse a una película estrenada en 1932 es tener que situarse en un contexto cinematográfico muy diferente al que te enfrentas con películas ya realizadas cuando la industria del cine tenía unos códigos muy definidos y machacados.

Por eso quizás 'Adiós a las armas' es una película entrañable, tan tosca como los medios de los que disponía y sin embargo tan llena de emociones y sentimientos como la mejor superproducción de años recientes. Y ahí está la grandeza de este film, sustentado en una historia de amor protagonizada por los personajes de Gary Cooper y Helen Hayes en plena guerra, basado en un pasaje de la vida de Hemingway que él mismo relató.

Destacable ciertas características técnicas y planos complicados para la época por los equipos tan pesados con los que rodaban (secuencias largas con cambios de plano en movimiento bastante llamativos).

Notable interpretación de una Helen Hayes creíble, con Gary Cooper que pese a su rígida manera de interpretar precisamente este papel le viene como anillo al dedo, y también a resaltar a Adolphe Menjou como el simpático Rinaldi, amigo del protagonista y que se refiere a él llamándole "baby" en una de las coletillas míticas de la historia del cine.

Pero sobre todo la película se gana al espectador por saber transmitir ese fuerte sentimiento que comparten los dos protagonistas y las grandes dificultades que el contexto les pone de por medio. Eso a su vez provoca un claro mensaje antibelicista en unos tiempos difíciles y convulsos. Y una película que transmite emociones, sensaciones, sostiene un gran mensaje que contar y además tiene unos personajes interesantes, como poco se merece la oportunidad de ser vista.

Si además se tiene en cuenta que se realizó en 1932, aún con más razón para entender lo que es hacer cine de verdad, del que llega al espectador, cuando este arte aún estaba gateando.

Un clásico con todas las letras.
Alvaro
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