Mucha gente está confundida al creer que va a ver otro derivado de 'Los Simpson' o 'Padre de familia', pero 'El Rey de la Colina' es muy distinta, no pretende parecerse a otras series. Relata de manera desenfadada pero sin caricaturizar en exceso, esa parte de la sociedad norteamericana que votaría a los republicanos aunque les robaran el dinero a punta de pistola.

'El Rey de la Colina' critica de manera sutil y efectiva la América profunda. Su humor es mordaz, sarcástico, no recurre al gag fácil y visual sino que se basa en los chistes sobre la doble moralidad y sobre la vida diaria de esta gente de Arlen (Texas) que precisamente en el retrato fiel a la realidad está su punto cómico: Hay tantos absurdos en el comportamiento de este sector de la población que no les hace falta nada más.

La serie no pretende ser la que más vende ni la más graciosa del lugar: Retrata historias corrientes, y las retrata muy bien. A través de personajes con carisma, con su propia historia, exageradamente realistas. Se pueden ver comportamientos que llegan hasta el patetismo moral, y son patéticos porque son muy próximos a la realidad. Tan cercanos que hacen gracia.

Y pese a que los propios personajes son a los que se critica en la serie, ellos salen indemnes de cara al público, pues terminan siendo unos estúpidos entrañables ya que obviamente no se les demoniza. La crítica no es destructiva, simplemente refleja una realidad social en clave de humor.

No intentes compararlo con otras series de animación con familia protagonista: Esta no es de ese estilo ni pretende serlo. En su línea sosegada, es todo un clásico de la televisión americana. Muchos reniegan de ella por la comparación ya comentada con otras series y sobre todo, por la diferencia cultural que representa: Es de esas series localistas que fuera de sus fronteras no son del todo comprendidas. Quizás de ahí venga su éxito en EE.UU. y su indiferencia en el resto del mundo.

No es una serie universal, pero es perfectamente comprensible y una joya de elogiable guión para cualquiera que sepa apreciarla como lo que realmente es y no como el espectador cree que debería ser. Hank Hill no es Homer Simpson, ni Peter Griffin, ni siquiera Stan Smith.

Solo un apunte para incrédulos: Mientras aquí en España es despreciada e infravalorada, es fácilmente comprobable el valor que se le da en entornos de votación estadounidenses, considerada una serie de culto.

Dentro de su contexto, hay que hablar de sus altibajos que le hacen tener episodios espectaculares y otros más flojos. No siempre es brillante, aunque cumple en casi todos sus capítulos. Su mayor logro es haber conseguido el éxito sin ser comercial, y sobre todo, fomentar la animación para adultos alejada de cualquier infantilismo y condescendencia.

Fundamental visión cómica de la sociedad norteamericana, diferente al resto.