Una de las peores películas de espías que he visto en mi vida, con razón Bruce Willis sólo aparece al principio unos minutos. El papel de Sigourney Weaver como agente de alto rango de la CIA no es nada creíble, y las escenas del protagonista con pistola en mano por las calles de Madrid son también tan artificiosas que no tienen credibilidad, le habrían detenido en minutos. La Policía Local que aparece al principio parece sacada de las telenovelas mejicanas, los exteriores de Madrid no concuerdan, las matrículas de los vehículos corresponden a principios del año 2000, pero con vehículos modernos, la trama hace aguas por todos sitios. Es una película totalmente prescindible.