Media votos
7,3
Votos
226
Críticas
150
Listas
4
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de EKELEDUDU:
4
5,4
13.894
Terror. Thriller. Western
Durante el día, el exterminador de vampiros Jack Crow capitanea un grupo de mercenarios cuya misión es eliminar a esos peligrosos seres. Tras la reunión de vampiros en un pueblo de Nuevo México, el grupo de Crow cae en una emboscada que le tiende el terrible Valek. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que no haya mucho que decir a favor de esta película, pero comencemos por lo poco que haya: hay unas sensacionales salidas y puestas de sol. Además, es muy ingenioso el clima de western que envuelve esta guerra entre vampiros y cazavampiros. Y Thomas Ian Griffi tiene una fisonomía extraña y algo siniestra, que lo vuelve idóneo para un papel como el de Jan Valek, el líder de los no muertos.
Pero hay dos rubros en los que la película tiene severas falencias que hacen imposible anotar más tantos a su favor. El primero tiene que ver con los efectos especiales, exagerados como de costumbre. Los vampiros de marras son el sueño de cualquier pirómano que se precie. Muertos, resultan tan peligrosos como vivos (en la medida en que pueden estarlo esos seres de la noche), aunque por otras razones, ya que sin proponérselo nos arriesgamos a que nos incendien medio vecindario con sus estallidos postreros. Entonces, regla número uno para hacer de Van Helsing: tener siempre un extintor a mano. A risa hay que tomárselo, porque se ha querido impresionar y se consiguió el efecto contrario.
Luego tenemos el guión, motivo de fracaso de al menos el noventa por ciento de las películas de vampiros, y verdadero responsable, en realidad, de esta versión inflamable de los chupasangres. Vamos a soslayar el eterno look tigre dientes de sable que los susodichos ostentan, porque es una gansada típica y al menos el argumento no pretende de ellos que con tamaña dentición igual resulten seductores. Pero sus enemigos, siempre en aras del efectismo y el gran espectáculo, parecen pensar con los pies a la hora de deshacerse de ellos. Sin contar que para hacerse el duro, Jack Crow echa mano de clichés que a esta altura resultan infantiles y ridículos.
Pero hay dos rubros en los que la película tiene severas falencias que hacen imposible anotar más tantos a su favor. El primero tiene que ver con los efectos especiales, exagerados como de costumbre. Los vampiros de marras son el sueño de cualquier pirómano que se precie. Muertos, resultan tan peligrosos como vivos (en la medida en que pueden estarlo esos seres de la noche), aunque por otras razones, ya que sin proponérselo nos arriesgamos a que nos incendien medio vecindario con sus estallidos postreros. Entonces, regla número uno para hacer de Van Helsing: tener siempre un extintor a mano. A risa hay que tomárselo, porque se ha querido impresionar y se consiguió el efecto contrario.
Luego tenemos el guión, motivo de fracaso de al menos el noventa por ciento de las películas de vampiros, y verdadero responsable, en realidad, de esta versión inflamable de los chupasangres. Vamos a soslayar el eterno look tigre dientes de sable que los susodichos ostentan, porque es una gansada típica y al menos el argumento no pretende de ellos que con tamaña dentición igual resulten seductores. Pero sus enemigos, siempre en aras del efectismo y el gran espectáculo, parecen pensar con los pies a la hora de deshacerse de ellos. Sin contar que para hacerse el duro, Jack Crow echa mano de clichés que a esta altura resultan infantiles y ridículos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como prueba de lo dicho en primer término tenemos las escenas iniciales. Caso de ser yo un cazavampiros, justo me iban a convencer de que, cual heroico comando suicida, me internara por esa tenebrosa mansión infestada de criaturas de la noche. Como la mansión está en pleno desierto y no se ve un sitio con sombra ni en mil leguas a la redonda, con una buena carga de explosivos volaba las paredes y dejaba que el sol hiciera el resto del trabajo. Pero claro, así no se lucen los protagonistas.
En cuanto a Jack Crow, alguien debería decirle que eso de que el héroe escupa al rostro de sus enemigos cuando éstos lo tienen neutralizado, o que mientras se aleja incendie el lugar tirando algo encendido a sus espaldas y sin inmutarse cuando todo estalla, está demasiado visto y no es creíble, porque sabemos que no es que él sea tan duro y valiente, sino que el guión dice que eso es lo que debe hacer. Y si igual insiste en payasear, que la próxima vez al menos la haga completa y el estallido en cuestión forme algún diseño interesante que pueda admirarse desde el aire, como lo hicieron Punisher y El Cuervo en sus respectivas películas, entre otros. Dios mío, ¡qué especímenes!... Parecen esos chicos que en los recitales de rock pesado, tras beberse una cerveza rompen la botella contra el asfalto en un patético intento por hacerse notar.
En cuanto a Jack Crow, alguien debería decirle que eso de que el héroe escupa al rostro de sus enemigos cuando éstos lo tienen neutralizado, o que mientras se aleja incendie el lugar tirando algo encendido a sus espaldas y sin inmutarse cuando todo estalla, está demasiado visto y no es creíble, porque sabemos que no es que él sea tan duro y valiente, sino que el guión dice que eso es lo que debe hacer. Y si igual insiste en payasear, que la próxima vez al menos la haga completa y el estallido en cuestión forme algún diseño interesante que pueda admirarse desde el aire, como lo hicieron Punisher y El Cuervo en sus respectivas películas, entre otros. Dios mío, ¡qué especímenes!... Parecen esos chicos que en los recitales de rock pesado, tras beberse una cerveza rompen la botella contra el asfalto en un patético intento por hacerse notar.