Habrá que convenir que el cierre de la saga CREPÚSCULO es muy superior a su inicio, aunque tampoco se precisaba mucho que digamos para superar aquella somnífera cinta. Sigue siendo muy lamentable, sin embargo, la inclusión de una gran actriz como Dakota Fanning en un rol, el de la vampira Jane, que no le permite lucirse. O de Michael Sheen, a quien no he visto tanto, pero que hasta en la saga UNDERWORLD tenía más posibilidades que aquí, haciendo de Aro, el líder de los Vulturi, que luce marica y no sé si será porque ya era así en el libro de Stephenie Meyer, o porque un ridículo maquillaje favorecía ese look, propiciado tal vez por un guión o una dirección que no eran de lo mejor. La propia Kristen Stewart tenía más quehacer en el papel de la joven Jess en THE MESSENGERS que, sospecho, en toda la saga CREPÚSCULO.

Si sacamos todo eso; si nos concentramos más en el argumento, hallaremos que éste, como dijimos, es mucho más entretenido que aquella somnífera primera entrega. Renesmee, la hija de Bella y Edward, se encuentra en peligro de ser destruida por los Vulturi, lo que aporta a la trama un dramatismo que no marcará un hito, pero que alcanza. Hay alguna sorpresa, al menos para quienes no somos fans de la saga, como cierta falsa realidad que empieza apareciendo como verdadera. Lo que pasa es que uno está tan saturado de CREPÚSCULO que, de todos modos, no miraremos esta película teniendo otras opciones en la TV, e incluso siendo la única, quizás encontremos algo más productivo o interesante que la caja boba para entretenernos. Eso sí, con seguridad no será el libro que inspiró la película...