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Argentina Argentina · BOULOGNE
Voto de EKELEDUDU:
8
Drama Película basada en hechos reales acontecidos a finales del siglo XVIII. Narra el proceso de educación de un niño que creció aislado en el bosque sin contacto alguno ni con los hombres ni con la civilización. Una de las películas más celebradas de Truffaut. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por hache o por be, jamás tuve oportunidad de ver siquiera una película de Francois Truffaut, hasta la que nos ocupa ahora; mis intentos por apreciar, en dos oportunidades, VIVEMENT DIMANCHE (que en Argentina se estrenó como CONFIDENCIALMENTE TUYA) se vieron frustrados una vez por una visita inoportuna y una segunda vez por un corte de luz. Tratándose de un director de tanto renombre, la curiosidad era muy grande, y por fin pude satisfacerla con esta película que además me interesaba de modo muy particular, por estar basada en un hecho real. En efecto, que en los bosques del sur de Francia fue hallado errante, en 1790, un niño que no sabía hablar y con trazas de salvajismo, que fue conocido como Victor de Aveyron (por la localidad donde fue hallado), es algo muy conocido.

Truffaut, quien rodó esta película en blanco y negro, demuestra, por su sobrio tratamiento de un tema que Hollywood hubiera exagerado más allá del límite de la credulidad de los espectadores, merecer la fama que tiene. No hay efectismo ni sensacionalismo, sólo un misterio que investigar (y que, dicho sea de paso, continúa siéndolo hasta el día de hoy): Victor (Jean-Pierre Cargol), ese niño cuyo verdadero origen se desconoce y que recibe trato social de fenómeno y atracción de masas, hasta que un médico, Jean Itard (Truffaut, en una composición notable para un director) se apiada. Claro que en Itard, con la compasión humana, se mezcla también el interés científico, que por momentos interferirá con aquélla; aunque para lo estrictamente humano, contará con la colaboración de su ama de llaves, la señorita Guerin (Françoise Seigner). Por su parte, concentrará sus esfuerzos en el progreso intelectual de Víctor.

Prácticamente todo el filme exhibe un engañoso aire documental que atrapa al espectador, centrándose en el trabajo de Itard junto al niño. Ahora bien, ¿cómo terminó la cosa? Por desgracia, no hará falta "spoiler": nunca película tan genial tuvo un final tan estúpido, en el que no se aclara la suerte final del protagonista. Podría concluir con una escena del niño almorzando, o bañándose, o jugando, que para el caso sería lo mismo. Esa conclusión imprecisa es lo único enojoso del filme y lo que, a mi entender, justifica que no se le otorgue el máximo puntaje. Sigue siendo una gran película, por supuesto, pero ese final es como un único punto negro sobre una impecable y resplandeciente albura: de acuerdo, es sólo un punto, no seamos injustos... ¡Pero cómo resalta sobre la superficie blanca, maldita sea!
EKELEDUDU
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