Todas las películas recientes, y quízas no tan recientes, de Adam Sandler, están cortadas por el mismo patrón. Vista una, puedes evitar ver las demás. ¿Cuantas veces habré podido pronunciar esta lapidaria frase?... La respuesta es simple, cada vez que termino de ver una cinta de Adam Sandler.
"Juntos y revueltos" es una película que tarda horrores en arrancar, y más horrores todavía en terminar. Al margen de que un safari de una semana por Sudáfrica da para más y mejores gags comicos de los que se utilizan en el film. Es algo patetico que con semejante ambientación, la comicidad se saque de partidos de baloncesto o de clases de masajes en pareja. Por no obviar lo sobreactuada que llega estar la buena de Drew Barrymore en muchos momentos. Por cierto, ¡Hacia decenios que no veía a Barrymore en pantalla!... ¿Qué habría sido de ella?...
Aunque lo que más me ha desesperado de "Juntos y revueltos" es su desagradable mensaje subliminal. Esa idea de que una madre no puede enseñar a sus hijos a jugar al beisbol, o que un padre no puede tratar como chicas a sus hijas es del Pleistoceno. Por no hablar de que la película es una critica rotunda al modelo de familia monoparental. Definitivamente no me parecen mensajes muy correctos para el siglo en que nos encontramos, aunque vayan de forma subliminal.