Cuando escribo una review sobre un producto del tipo "Persecución extrema 4" no lo hago pensando en ninguno de ustedes. Sé que nadie en su sano juicio ve "Persecución extrema 4".
Cuando escribo una review sobre un producto del tipo "Persecución extrema 4" lo hago para una única persona: yo mismo. Más concretamente para mi yo de dentro de tres o cuatro años. Ese que se ponga a ver "Persecución extrema 5" y le apetezca ponerse en antecedentes sin necesidad de pasar por el trance de revisionar cualquiera de las anteriores. Es lo que hay, niños.
"Persecución extrema 4" me ha gustado más que la 3, mi menos favorita de la saga, y menos que la 2 y la 1. Un análisis tan profundo y concienzudo, digno del mismísimo Boyero, merece ir en la contraportada del formato físico. Aunque en el fondo es el máximo análisis que puedo permitirme a estas alturas de película.
"Persecución extrema 4", con un tal William Kaufman a los mandos y Mike 'The Miz' Mizanin repitiendo como héroe, me ha hecho añorar esas cintas de acción de videoclub de finales de los ochenta y primeros noventa con las que me crié. Las cuales definieron este subgénero. Ahora estás pelis se hacen sin alma, e incluso sin ganas. Y se nota. Salen productos bien filmados pero totalmente anodinos. Con un poquito más de amor por la serie B esta cuarta entrega podría haber sido igual de simple, sí; pero muy, muy disfrutable. Pero al final, cuando las cosas se hacen sin pasión y con el piloto automático puesto, pasa lo que pasa.
En definitiva, secuela tolerable a pesar de los pesares una "Persecución extrema 4" cuyo mayor hallazgo es incluir en el lote a las luchadoras de la WWE. Summer Rae es la afortunada, aunque alguien no debió confiar mucho en la dicción de la muchacha porque no llega a pronunciar más de tres palabras.