"La vida de Flynn" es un drama intenso, duro y con unas interpretaciones más que interesantes. En especial la de Robert De Niro en un papel que es de lo poco salvable que ha hecho durante los últimos años, por una vez no solo se ha limitado a esperar con ansia el cheque a final de mes, si no que ha construido un personaje de los que marcan y se recuerdan aunque sea mínimamente.
Quizás uno de los problemas del film es que cuesta entrar en el, al principio no es sencillo descubrir en que liga quiere jugar la película. Se sitúa a medio camino entre el melodrama edulcorado de sobremesa y el dramón intenso de realizador consagrado. En apariencia parece que quiere optar por la primera opción, y eso hace que al espectador le cueste aterrizar en la historia, pero una vez que terminan las presentaciones descubrimos que la cinta opta de forma acertada por la segunda vía. Personajes al limite de sus emociones, relaciones difíciles, traumas de infancia que atormentan de por vida, la crisis económica actual..., todo ello al servicio de una historia poderosa.
Hasta aquí todo correcto. Pero ahora llega lo que realmente estropea la película, su desenlace. Un final que más corresponde con un melodrama edulcorado de sobremesa. Tal como se va desarrollando la cinta, debiera haber tenido un final más agrio. El buenrollismo no casa con "La vida de Flynn", y ese desenlace fastidia buena parte del trabajo anterior.
"La vida de Flynn" es una cinta con una trama interesante, pero a la que le han fallado las formas de su realizador.