Una película que pasó sin pena ni gloria y para muestra el hecho de que esta sea la primera crítica. El propio Don Adams reconoció en un encuentro en 2003 que a la definición de catástrofe en el diccionario se le podría acompañar no sólo una foto del Titanic sino de The nude bomb. A pesar de que cuenta con la intervención de Bill Dana (descubridor de Adams) y Leonard Stern (productor ejecutivo de la serie de los sesenta), esta obra empieza a fallar desde el minuto cero: ¿dónde está la agente 99? La preciosa Barbara Feldon está ausente y la sustituye una "agente 22" sin gancho ni carisma alguno. Pero lo que más odio es que en la historia es como si 99 NO existiese.

Como puntos positivos de la película, ante todo asistimos a escuchar casi todas las frases cliché de la serie televisiva. Además, existen breves participaciones del Agente 13 y de Larabee (Robert Karvelas). El jefe, dado que unos años antes había fallecido Edward Platt, es interpretado por Dana Elcar. Físicamente tiene un aire, pero su actuación no convence. El único que está bien es el protagonista, que no decepciona a los fans al ser el mismo de siempre.

Lo negativo, aparte de la triste ausencia de la agente 99 (y, por qué no decirlo también, de Siegfried), es que el guión es harto surrealista. Simplemente partiendo de su argumento inicial según el cual un "terrorista" amenaza con dejar desnudo a todo el mundo, para luego meter otras cosas más disparatadas que menciono en spoiler. Además, el desarrollo es bastante aburrido. Pretende insertarse en una estética de los años setenta pero a mi juicio lo único que funciona es la banda sonora con una melodía bastante atractiva.

En definitiva: sólo recomendada para fans del actor y el personaje. Pero si lo son de la serie, es mejor no ver esta película.