Desafortunadamente no es una película conseguida por el -por otra parte- extraordinario director Jacques Tourneur. La mezcla de distintos géneros no acaba de fundirse en un guion que resulte consistente y, por tanto, le falta tensión dramática y narrativa. Ecos del cine de aventuras (el desierto, Tombuctú), del western, donde los taureg son los indios, del cine exótico de los años treinta, y de Casablanca y la invasión nazi de Francia, revolotean por este filme sin llegar a cuajar. Quizá porque nace tarde, como fuera de época. En 1959, lo que interesaría al espectador sería la independencia de las colonias europeas, no la coartada de la invasión nazi de Francia y la postergación a mejor momento de la descolonización.

Pero aparte de estas cuestiones de política y de tiempos, la película falla en otros aspectos, si cabe, más importantes desde un punto de vista cinematográfico: el triángulo amoroso entre el aventurero norteamericano (Victor Mature), la esposa del coronel (Yvonne de Carlo) y el propio coronel (George Dolenz), nunca es creíble. Trasunto improbable del triángulo amoroso de Casablanca. Por tanto nunca llega a emocionar como motor del film.

A favor de la película, y de Tourneur, destacaría -en mi opinión- las buenas secuencias de la lucha en el desierto, con una escena muy dramática: la aniquilación de un escuadrón de legionarios. Igualmente las escenas de acción están resueltas con solvencia y con grandes aciertos cinematográficos: la lucha final en el interior del minarete.

Resaltaría igualmente el papel de "malo" del emir, interpretado por John Dehner: un preBin Laden, taimado, engañador, en principio, de los colonizadores hasta ser descubierto. Hombre sin escrúpulos que secuestra y amenaza a un imán "a lo Gandhi" para conseguir el dominio de todo el Sáhara. Personaje inquietante, dentro del esquema caricaturesco del árabe malón: refinado, cortés, pero traidor y astuto. John Dehner lo borda. Para quienes se animen a ver esta película curiosa, les recomiendo que presten atención a una secuencia de tortura "china-árabe": el emir contempla cómo es torturado un bravo legionario con unas tarántulas que recorren su cuerpo desnudo y atado; cuando le muerden y le matan, el gesto de Dehner es muy parecido al del señor Rubio (Michael Madsen) en Reservoir dogs cuando corta una oreja al policía secuestrado y le habla (a la oreja).

Detalles muy interesantes de un maestro (Tourneur) en una película no conseguida, ni siquiera entretenida, pero con esos destellos del genio cinematográfico.