El año de producción, la dirección de Juan de Orduña, el asunto "histórico", el origen teatral del guion, podrían resultar "repelentes" a un posible espectador curioso de Un drama nuevo. Hay sido repuesta últimamente en televisión y, por tanto, hemos tenido una buena ocasión para verla sin anteojeras. Resaltaría de la película las siguientes cosas:

-La obra de teatro de Tamayo y Baus que le sirve de base, tiene elementos muy sugerentes. Que uno de los protagonistas sea Shakespeare y que se desarrolle en un teatro (El Globo). Que sea un actor que hace de gracioso o bufón habitualmente en el teatro (y en el cine) -Yorick- el aspirante a hacer un papel dramático con desenlace fatal. Que a la vez, en la vida "real", haya una historia de amor entre su joven y bella esposa y un galán. Que vida "real" y la representación teatral se entreveren hasta la tragedia final en escena. Teatro dentro del teatro, cine dentro del cine.

-Un actor portentoso haciendo de Yorick (el gracioso) como es Roberto Font. Creíble, entrañable, tremebundo. Sin él la película sería otra.

-Una dirección elogiable de Orduña, que supera el cartón-piedra: La dirección de actores -ante todo la de Roberto Font, ya señalado-, pero también la de Manuel Luna o Tordesillas. Las calles de Londres donde Yorick se reconcome de celos son tan siniestras como el pensamiento atormentado del marido ultrajado. Una conversación rodada desde la parte postrera del fuego de un hogar. O el mismo teatro El Globo, excelentemente rodado.

Estos son algunos de los elementos que hacen emocionante, interesante, ver esta película. Que está por encima del cartonpedrismo histórico del cine del momento