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Voto de Daverunner:
8
Drama Tras 25 años cosechando éxitos y gozar de fama mundial, y en plena preparación de un concierto para celebrar su cuarto de siglo profesional, el futuro de un cuarteto de cuerda de Nueva York recibe un duro golpe que puede poner en entredicho su supervivencia. El violonchelista de la formación está padeciendo los primeros síntomas del Párkinson, una enfermedad que en poco tiempo pondrá fin a su carrera como intérprete. La incertidumbre ... [+]
9 de febrero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si de una premonición se tratase, el título de la película ha supuesto la última gran actuación de Philip Seymour Hoffman. El ganador de un Oscar al mejor actor principal por “Capote” nos ha dejado a los 46 años. Su sola presencia en un reparto era sinónimo de calidad dando credibilidad a cada personaje que interpretaba. Una triste noticia difícil de digerir para todos los amantes del cine pero que gracias a la magia del séptimo arte, su legado permanecerá imborrable en la retina del espectador.

Es el caso de El último concierto, primer largometraje del director israelí Yaron Zilberman que trata sobre un cuarteto de cuerda que tras 25 años de carrera conjunta recibe un durísimo golpe: uno de sus miembros padece una grave enfermedad que le obligará a dejar su carrera profesional. Este hecho unido a la inseguridad sobre el futuro del grupo provocará un torrente de emociones y hechos que amenazarán la unidad del mismo.

Zilberman dirige con acertado pulso y ritmo a un grupo de sensacionales actores. Los cuatro protagonistas son intérpretes de notable calidad que han destacado en algún momento de su carrera como protagonistas, pero que sin duda sobresalen en papeles más secundarios, dando empaque y calidad a los repartos en los que figuran.

Así, junto a Hoffman, nos encontramos a Catherine Keener (Vivir rodando, Como ser John Malcovich) habitual del cine independiente norteamericano; Mark Ivanir (El viaje del director de Recursos Humanos) y destacando por encima del resto a Christopher Walken (El Cazador, La zona muerta). El actor neoyorquino da un recital con su soberbia, contenida y conmovedora actuación. Sus miradas, su voz crepuscular dando lecciones sobre la vida y sobre la música le aúpan un escalón por encima al del resto de sus compañeros. La escena en la que cuenta la anécdota sobre Pablo Casals es uno de los mejores momentos del film.

Prácticamente todo funciona en “El último concierto”; las relaciones entre cada uno de los miembros del grupo, sus anhelos, frustraciones y resquemores afloran y el espectador percibe cada una de estas sensaciones como si fueran propias. El único pero que se le puede poner es el personaje de la hija de dos de los miembros, un tanto desdibujada y con una importancia relativa en la historia. Pese a ello, no entorpece en la trama y protagoniza uno de los pocos momentos divertidos del film.

Disfrutamos así de una obra sin fisuras, emocionante, realista, sin altibajos y que se beneficia de un grupo de actores en estado de gracia. Todo un logro para una época del año caracterizada por la sequía de títulos de calidad en nuestros cines. En definitiva, reflejo de lo que fue la carrera profesional de un actor irrepetible: Phillip Seymour Hoffman.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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