Media votos
6,4
Votos
1.028
Críticas
24
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de remay:
7
7 de junio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta interesante cinta británica de 1958 plantea un tema espinoso que siempre ha suscitado acalorados debates: ¿debe un militar obedecer ciegamente las ordenes recibidas? ¿No tiene la consciencia individual derecho a manifestarse en ciertas situaciones críticas? A pesar de ser un buen patriota, ¿ no puede verse asaltado por las dudas un agente encargado de una misión?
A lo largo de más de 100 minutos, el director A. Asquith intenta aportar una respuesta convincente a esta pregunta, angustiosa para el que la vive y debe tomar decisiones sobre la marcha, a menudo en contra de sus convicciones personales.
A lo largo de más de 100 minutos, el director A. Asquith intenta aportar una respuesta convincente a esta pregunta, angustiosa para el que la vive y debe tomar decisiones sobre la marcha, a menudo en contra de sus convicciones personales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Durante la Ocupación, el militar y agente norteamericano Gene Summers (Paul Massie) se enfrenta a un angustioso dilema moral cuando le ordenan matar en Paris a un tal Laffitte (Leslie French), miembro de la Resistencia francesa sospechoso de traicionar a sus compañeros.
El joven Gene debe contactar a Leonie (Irene Wirth) en cuanto haya cumplido su misión, en principio sencilla, pero tiene la mala fortuna de conocer y tratar personalmente a Laffitte y a su familia en extrañas circunstancias.
Y, por supuesto, resulta más fácil liquidar a un desconocido que a alguien que has tratado y te ha ofrecido ayuda contra las razzias de los alemanes, como es el caso. El americano se niega a matar a un hombre que considera inocente y le resulta además afable y sensible, e informa a Leonie de las grandes dudas que le provoca su misión. Esta reacciona muy airadamente y le hace ver que es un cobarde, que no hay tiempo para averiguar si Laffitte es o no un traidor, que en las guerras mueren tanto personas inocentes como culpables, y que debe llevar a cabo cuanto antes su asesinato sin hacerse preguntas.
Luchando contra sus principios morales, Gene se arma de valor y mata al viejo Laffitte, no sin dificultades, convencido de que no es un traidor. Luego se da a la bebida para olvidar, hasta tal punto que está hospitalizado cuando se firma el armisticio, unos meses más tarde.
Un oficial americano va a visitarlo al hospital para anunciarle que su misión exitosa contra el presunto traidor ha salvado muchas vidas, pero él sabe muy bien que esta no es la verdad, y se lo confirma poco después otro oficial.
Ahora sabe que ha matado a un inocente, pero recuerda las palabras de Leonie - que ha sido torturada por los nazis hasta la muerte - y va a visitar a la familia del difunto para ofrecerle una compensación económica e informarle de que Laffitte era un gran patriota que murió luchando por la Resistencia.
Al final, el espectador entiende que este es el único camino que le permitirá a Gene Summons superar el trauma que le ha provocado el absurdo asesinato de Laffitte, un ciudadano ejemplar.
El desenlace es un tanto facilón y moralista, pero "Orders to kill" resulta a la postre convincente gracias a una trama bien resuelta y a la excelente actuación de sus dos principales protagonistas.
El joven Gene debe contactar a Leonie (Irene Wirth) en cuanto haya cumplido su misión, en principio sencilla, pero tiene la mala fortuna de conocer y tratar personalmente a Laffitte y a su familia en extrañas circunstancias.
Y, por supuesto, resulta más fácil liquidar a un desconocido que a alguien que has tratado y te ha ofrecido ayuda contra las razzias de los alemanes, como es el caso. El americano se niega a matar a un hombre que considera inocente y le resulta además afable y sensible, e informa a Leonie de las grandes dudas que le provoca su misión. Esta reacciona muy airadamente y le hace ver que es un cobarde, que no hay tiempo para averiguar si Laffitte es o no un traidor, que en las guerras mueren tanto personas inocentes como culpables, y que debe llevar a cabo cuanto antes su asesinato sin hacerse preguntas.
Luchando contra sus principios morales, Gene se arma de valor y mata al viejo Laffitte, no sin dificultades, convencido de que no es un traidor. Luego se da a la bebida para olvidar, hasta tal punto que está hospitalizado cuando se firma el armisticio, unos meses más tarde.
Un oficial americano va a visitarlo al hospital para anunciarle que su misión exitosa contra el presunto traidor ha salvado muchas vidas, pero él sabe muy bien que esta no es la verdad, y se lo confirma poco después otro oficial.
Ahora sabe que ha matado a un inocente, pero recuerda las palabras de Leonie - que ha sido torturada por los nazis hasta la muerte - y va a visitar a la familia del difunto para ofrecerle una compensación económica e informarle de que Laffitte era un gran patriota que murió luchando por la Resistencia.
Al final, el espectador entiende que este es el único camino que le permitirá a Gene Summons superar el trauma que le ha provocado el absurdo asesinato de Laffitte, un ciudadano ejemplar.
El desenlace es un tanto facilón y moralista, pero "Orders to kill" resulta a la postre convincente gracias a una trama bien resuelta y a la excelente actuación de sus dos principales protagonistas.