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Voto de Ford Farleine:
3
Thriller. Drama Eva, una juez íntegra y rigurosa, se enfrenta al proceso judicial más importante de su carrera: el asesinato de una joven de Europa del Este, en el que está implicado un poderoso empresario. La presencia de un irresistible testigo, gigoló de profesión y amigo de la víctima, la sitúa frente a un espinoso dilema: resistirse o dejarse seducir, traspasando los límites de la ley. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine español tiene más calidad que hace una década, pero por desgracia aún hacemos unos truños de órdago. Este es uno de ellos. Se presentaba esta película como una especie de thriller erótico pero ya le gustaría, porque de thriller tiene más bien poco porque el final se sabe desde el minuto diez de proyección. Uno cuando se pone a ver una película (o a leer un libro) asume que el director va a manipularle pero a mí me gusta que esa manipulación sea sutil, que uno no se dé cuenta, tal y como hizo Vigalondo en “Extraterrestre”, no que se haga de una forma tan burda como en esta película. Hay un momento del metraje en el que el director quiere dar un giro de guión, quiere sorprendernos, lo que no sospecha es que ya se intuía lo que iba a pasar desde el principio, por lo que cae en el ridículo. Tanto es así que yo esperaba una sorpresa, aunque fuera increíbe, porque no me podía creer que fuera tan predecible. A Barroso le falta talento para embaucarnos.
Si habéis leído la sinopsis ya sabéis todo de la película. Así, de thriller tiene más bien poquito. De erótico, pues sí tiene bastante porque Silvestre y la Watling nos enseñan sus cuerpazos serranos en varias ocasiones en no pocas escenas de sexo. Yo pensaba que ya habíamos superado la fase de intentar atraer a la gente al cine sólo a base de desnudos pero parece que por desgracia algunos directores no piensan así. De hecho, si quitamos las escenas de sexo, la película se queda en casi nada lo que demuestra la importancia que Barroso les da a los cuerpos del Duque y la Marlanga. Y eso que la película podía haber dado, al menos, como drama de personajes, lo que ocurre es que el director no siente interés por ellos: simplemente los describe con dos esbozos y da la sensación de que tienen una historia detrás pero esta se obvia por completo. Y cuando habla de ellos, la explicación que se da es para morirse de la risa. El personaje de la hermana de Leonor Watling no se sabe qué pinta, el del hombre de negocios poderoso podía haber dado mucho más de sí y se pasa de puntillas de una forma increíble, los protagonistas, se cree, tienen una historia detrás pero se deja atrás, la mujer del hombre de negocios es un esperpento de personaje… y el personaje de la Watling está reprimida porque se ha dedicado a opositar y no ha disfrutado de la vida… coño, yo he opositado media vida y no soy un amargado como ella, porque la relación entre ella y su padre (siempre el padre es el malo) se trata por encima y ahí parece que está el meollo de la cuestión. Todo se soluciona con un final que parece de risa, de lo más flojito que uno se pueda imaginar* que ya hace que terminemos de lamentar el habernos puesto a ver semejante bodrio.
Para rematar la faena, una insoportable voz en off y una machacona banda sonora que más remarcar, estorba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ford Farleine
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