Se ve que al bueno de Sean Penn, él que es muy dado a hacer papelones que nos dejen con el culito prieto, que sólo se mete en proyectos que le dicen algo o que signifiquen algo, le dio envidia de Liam Neeson que a la vejez se ha convertido en todo un action man hero. Pues bien, para esa tarea se ha puesto en manos de Pierre Morel que ya hizo un bue trabajo con “Venganza”.
Pero poco tiene que ver esta película con “Venganza”, la verdad. “Venganza” era de una simpleza en su argumento aplastante pero funcionaba como un reloj y no aburría en ningún momento, con unos momentos de intensidad brutal y unas escenas de acción muy bien rodadas. Lo contrario que pasa aquí. No es que sea un argumento muy complicado ni nada por el estilo, el típico en el que un agente que sabe demasiado es perseguido por su organización porque sabe demasiado y se debe enfrentar a una conspiración; algo mil veces visto. Pero lo que sí es una novedad es que es demasiado aburrida y farragosa y tampoco las escenas de acción (algo marca de la casa) están muy allá. Da igual que sea previsible, eso es lo de menos, lo que importa es que no cumple las expectativas, y eso es triste. Como remate, tenemos la parte final que se desarrolla en nuestro país: desde Gibraltar (aunque no es español, ya lo sé) hasta Barcelona y ahí se ven todos los topicazos (otra vez) españoles. El final se desarrolla en una plaza de toros, que parece la Monumental, pero me pareció ver la bandera de la Comunidad de Madrid y para colmo, intuí a dos policías uniformados como la ertxaintxa. Para rematar la faena (ojito con el juego de palabras).
Sean Penn se preocupa mucho por lucir palmito, abdominales y bíceps a su edad y de forma gratuita, también se pone demasiado intenso, haciendo el primer héroe de una película de acción sobreactuado que yo recuerdo. Pero para sobreactuados nuestro Javier Bardem, llega a estar insoportable. La presencia de Idris Elba es testimonial.