Haz click aquí para copiar la URL
España España · Santa Margarida i els Monjos
Voto de Víctor Baylach:
6
El deseo de Robin
2020 Estados Unidos
Documental, Intervenciones de: Robin Williams, Susan Schneider
6,2
728
Documental Un retrato íntimo de Robin Williams, un actor con un espíritu invulnerable, que narra su lucha contra una devastadora enfermedad neurológica. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2021
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deberían ser sobre las diez de la mañana, recién levantado y desayunando escucho por las noticias que el actor de 63 años Robin Williams fallecía supuestamente a causa de un suicidio. Me quedé mudo durante un rato y triste todo ese día de agosto, recordando a aquel Peter Pan adulto y empresario con teléfono en mano, dispuesto a recuperar a sus hijos del malvado Hook al grito de bangarang; a Alan Parrish volviendo a su casa después de años desaparecido, con barba espesa despeinada y cabellos largos y grasos, vestido con plantas y pieles; o la magia que desprende la voz del alegre genio azulado de la lámpara.

No tardaron en aparecer habladurías sobre si Robin padecía de depresión, que se suicidó por su problema con las drogas, que si era un enfermo esquizofrénico bipolar, que si realmente no era como aparentaba y tan solo era un payaso triste. Con el tiempo salió la respuesta, Robin padecía de demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa que ataca a tus funciones cerebrales afectando a la memoria, humor, sueño, atención, movimiento, etc. un diagnóstico tardío que él nunca llego a conocer, con el que sufría más y más a cada nuevo síntoma, como Parry, trastornado por culpa de una cagada radiofónica perseguido por sus miedos en forma de caballero rojo.

En “Robin’s Wish” su mujer, familiares, amigos, vecinos y sus últimos compañeros de trabajo recuerdan a Robin tal y como realmente era, un hombre extraordinario con una mente rápida y brillante que te hacía reír a carcajadas, recordándo tanto al Dr. Adams, luchando contra la medicina conservadora armado con la risa para hacer sonreír a los que sufren, o al psiquiatra Sean Maguire con quien, ayudando al joven Will Hunting, aprendemos que el éxito de la vida se mide en cuanto has vivido y no en cuanta fama tienes.

Un tributo humilde y respetuoso de Robin y su íntima y silenciosa lucha final, narrada por sus seres queridos y acompañada por un aporte científico que ayudan a entender su enfermedad y su sufrimiento. Un documental que se deja ver con interés y casi con un nudo en la garganta, con el que despedimos al son de Carpe Diem y de pie en la mesa a quien siempre será nuestro capitán.
Víctor Baylach
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow