Interesante y desconocida película que realmente me sorprendió por lo bien y natural que retrata la triste historia de un hombre enfermo mentalmente y su triste y penoso andar por la vida.
El nudo de la historia es de lo más original: El protagonista vuelve a su ciudad natal y se reencuentra con fantasmas del pasado que le enseñan sus visiones de niño, o lo que él cree. Me encanta el detalle de que va hablando solo por ahí sin que podamos entender lo que dice. Se lo dice sólo para él, al igual que las notas que va apuntando en un idioma ilegible.
“Spider” se sostiene básicamente en la inconmensurable interpretación de Ralph Fiennes. Es difícil de explicar porque realmente impresiona muchísimo. Fiennes es la enfermedad mental hecha carne. Cada uno de sus gestos, sus miradas, su forma de caminar, de sentarse, su fumar compulsivo, su aislamiento. Consigue despertar en el espectador un sentimiento inmenso de compasión, desde el primer plano en la estación cuando aparece perdido y desolado justo detrás de todos los demás viajeros hasta la última escena en el coche. Nunca nadie ha sabido representar mejor la tortura de una mente trastornada. Qué grande Ralph!