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Voto de Maggie Smee:
7
6,4
45.887
Fantástico. Drama. Romance. Thriller
En un inquietante laboratorio de alta seguridad, durante la Guerra Fría, se produce una conexión insólita entre dos mundos aparentemente alejados. La vida de la solitaria Elisa (Sally Hawkins), que trabaja como limpiadora en el laboratorio, cambia por completo cuando descubre un experimento clasificado como secreto: un hombre anfibio (Doug Jones) que se encuentra ahí recluido. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2018
43 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que muchas veces ha podido ser una ventaja, a nivel comercial, para las películas nominadas al Oscar, por ejemplo, o cualquier otro premio con relumbrón, parece que se puede volver en su contra. El que se estrene entre nosotros hoy, día 16 de febrero, antes de la ceremonia de los Oscars con sus flamantes trece nominaciones, (la película que ha conseguido más nominaciones este año), sumando sus doce nominaciones para los BAFTA y con su, deseado por muchos, León de Oro de Venecia entre otras distinciones, provoca que el verla con ligereza en el ordenador y con altas expectativas es la única razón que encuentro que haya defraudado al sector más pueril y que menos acude al cine. Increíble es que a día de hoy acumule más de cuatro mil votos y pase de los cien comentarios, evidentemente no todos positivos, incluso muchos de ellos injustamente muy negativos. Y no es que “La forma del agua” me parezca una película perfecta, pero, cuanto menos, es un film respetable, personal, muy bien rodado, interpretado y contado. No es poco.
Esta artimaña de las productoras que las estrenan cuando se está en capilla para que llegue la fecha de la ceremonia, parece que provoca la ira de algunos que no se sabe bien qué esperan ver, y sus votaciones pueden hacer pensar a los espectadores más inseguros que no sea interesante el ir a verla. También puede llegar a confundir a esa manada que engulle bolsas de chucherías o mierda frita, tanto da, que tienen un altísimo nivel tanto de gula como de mala educación, carente de cualquier tipo de sensibilidad y que les termine resultando una película rara, porque es un público adicto a los tiros, chistes fáciles y a un cine de segunda, aunque deje su dinero en taquilla, que es lo único que le interesa a su productora.
Y después de esta “chapa”, para centrarnos en lo que realmente nos importa, continuamos en la zona del spoiler.
Esta artimaña de las productoras que las estrenan cuando se está en capilla para que llegue la fecha de la ceremonia, parece que provoca la ira de algunos que no se sabe bien qué esperan ver, y sus votaciones pueden hacer pensar a los espectadores más inseguros que no sea interesante el ir a verla. También puede llegar a confundir a esa manada que engulle bolsas de chucherías o mierda frita, tanto da, que tienen un altísimo nivel tanto de gula como de mala educación, carente de cualquier tipo de sensibilidad y que les termine resultando una película rara, porque es un público adicto a los tiros, chistes fáciles y a un cine de segunda, aunque deje su dinero en taquilla, que es lo único que le interesa a su productora.
Y después de esta “chapa”, para centrarnos en lo que realmente nos importa, continuamos en la zona del spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
“La forma del agua” lleva el sello de su director, Guillermo del Toro, y es quizás una de sus producciones estéticamente más cuidadas: la piscina de la criatura, sus despachos, la vivienda de sus personajes, especialmente las colindantes al cine, la cafetería… con ese aire retro de primeros de la década de los años sesenta. La fotografía de Dan Laustsen es uno de los puntos fuertes del film, sabiendo jugar con los colores y contrastes. La música de Alexandre Desplat, compositor que me suele gustar, en esta ocasión hay momentos en que logra despistarme. Hay temas estupendos frente otros que, no parecen suyos y dan la impresión de estar demasiado inspirados en Isao Tomita, compositor japonés fallecido hace casi un par de años, que trabajó con la música electrónica y adaptando temas de autores clásicos, como Debussy, que a mediados de los años setenta le hizo muy popular. El vestuario, incluyendo el abrigo o hasta los zapatos del personaje de Elisa (Sally Hawkins) son muy bonitos. En cuanto a los factores técnicos ni que decir que están impecables, sean sus efectos de sonido o su montaje.
Por cierto, entre sus numerosas nominaciones me llama la atención que no hayan nominado su maquillaje ni tampoco a los espléndidos Michael Stuhlbarg, como el doctor Hoffstetler (siendo su año por esta y por su trabajo en “Call Me by Your Name”), ni a Michael Shannon, como Strickland, todo un malvado, personajes que suele bordar, como mejores actores secundarios. Sí han nominado a Sally Hawkins como protagonista y como actores de reparto a Richard Jenkins y Octavia Spencer, nada que objetar. Hacen un notable trabajo, en especial Sally Hawkins. También Doug Jones como la “criatura” al menos merece que se le mencione.
Su guion es, ante todo, una revisitación a muchos clásicos. Se rinde un precioso homenaje al cine fantástico, sean a clásicos como por ejemplo “La mujer y el monstruo”, “E. T.” o incluso a la serie Z con el film de Sergio Martino (1979) “La isla de los hombres peces”, pasando por el cine musical o a actores y actrices por muchos hoy olvidados y que al menos han sido rescatados mediante el tributo. Y es que afortunadamente a del Toro se le nota su cinefilia, aunque, por desgracia, su imagen se haya empañado al ser acusado de plagio por Jean Pierre Jeunet por su “Delicatesen”. No sé si habrá habido una influencia inconsciente, pero la verdad es que Del Toro siempre ha sido muy suyo, muy personal, y no comparto esa opinión. Más sospechoso es el paralelismo que hay con "The Space Between Us", cortometraje holandés de 2015, de Marc S. Nollkaemper. Eso ya me da qué pensar y hasta me molesta, por desgracia. Quizás por eso no la considero superior.
En cuanto a su estructura o a su resultado no es nada nuevo, pero se ha optado por la historia romántica (que ha sido un acierto), sin explayarse en el punto “gore”, quedando “La forma del agua” como todo un ejemplo de lo que es un buen guion en buenas manos, ya que su dirección es inspiradísima, realmente un trabajo más que reseñable, y que ha sido respaldado por James Cameron o por sus colegas mexicanos Cuarón o Iñárritu.
Por todo esto, creo que “La forma del agua” es una película que merece verse. Se quiera o no, va por encima de la media de lo que se suele ver actualmente en el cine, cada vez más cochambroso. Ya veremos si obtendrá el número justo de estatuillas doradas o no. Regarla con un alud de premios lo dudo. La sombra de Trump es alargada. La mojigatería reinante en Estados Unidos, lo poco arriesgada que es la Academia de Hollywood y el problema que en América encuentran a la hora de emitir en abierto películas en las que haya un mínimo de desnudos juegan en su contra ya que estarían obligados a censurarla. Y eso que a la “criatura” visualmente le han ocultado sus genitales, si no ya hubiera sido de “apaga y vámonos”.
Por cierto, entre sus numerosas nominaciones me llama la atención que no hayan nominado su maquillaje ni tampoco a los espléndidos Michael Stuhlbarg, como el doctor Hoffstetler (siendo su año por esta y por su trabajo en “Call Me by Your Name”), ni a Michael Shannon, como Strickland, todo un malvado, personajes que suele bordar, como mejores actores secundarios. Sí han nominado a Sally Hawkins como protagonista y como actores de reparto a Richard Jenkins y Octavia Spencer, nada que objetar. Hacen un notable trabajo, en especial Sally Hawkins. También Doug Jones como la “criatura” al menos merece que se le mencione.
Su guion es, ante todo, una revisitación a muchos clásicos. Se rinde un precioso homenaje al cine fantástico, sean a clásicos como por ejemplo “La mujer y el monstruo”, “E. T.” o incluso a la serie Z con el film de Sergio Martino (1979) “La isla de los hombres peces”, pasando por el cine musical o a actores y actrices por muchos hoy olvidados y que al menos han sido rescatados mediante el tributo. Y es que afortunadamente a del Toro se le nota su cinefilia, aunque, por desgracia, su imagen se haya empañado al ser acusado de plagio por Jean Pierre Jeunet por su “Delicatesen”. No sé si habrá habido una influencia inconsciente, pero la verdad es que Del Toro siempre ha sido muy suyo, muy personal, y no comparto esa opinión. Más sospechoso es el paralelismo que hay con "The Space Between Us", cortometraje holandés de 2015, de Marc S. Nollkaemper. Eso ya me da qué pensar y hasta me molesta, por desgracia. Quizás por eso no la considero superior.
En cuanto a su estructura o a su resultado no es nada nuevo, pero se ha optado por la historia romántica (que ha sido un acierto), sin explayarse en el punto “gore”, quedando “La forma del agua” como todo un ejemplo de lo que es un buen guion en buenas manos, ya que su dirección es inspiradísima, realmente un trabajo más que reseñable, y que ha sido respaldado por James Cameron o por sus colegas mexicanos Cuarón o Iñárritu.
Por todo esto, creo que “La forma del agua” es una película que merece verse. Se quiera o no, va por encima de la media de lo que se suele ver actualmente en el cine, cada vez más cochambroso. Ya veremos si obtendrá el número justo de estatuillas doradas o no. Regarla con un alud de premios lo dudo. La sombra de Trump es alargada. La mojigatería reinante en Estados Unidos, lo poco arriesgada que es la Academia de Hollywood y el problema que en América encuentran a la hora de emitir en abierto películas en las que haya un mínimo de desnudos juegan en su contra ya que estarían obligados a censurarla. Y eso que a la “criatura” visualmente le han ocultado sus genitales, si no ya hubiera sido de “apaga y vámonos”.