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Voto de Francisco Javier Millan:
5
Romance. Drama Dawson y Amanda, dos antiguos novios del instituto que tuvieron que separarse por presión del padre de ella, se reencuentran tras 20 años, cuando ambos vuelven a visitar su pueblo natal... Nueva adaptación al cine de una novela de Nicholas Sparks, también autor de "El diario de Noa", con la que "The Best of Me" guarda muchas semejanzas en el argumento. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta primavera tenemos doble ración de Nicholas Sparks, un novelista de éxito al que progresivamente nos hemos ido acostumbrando a medida que año tras año iba ofreciéndonos su ración romántica.
Películas cortadas por un mismo patrón y que nos hablan del destino, las almas gemelas y la lucha por el amor por encima de todas las cosas. Todo ello en ambientes propios del sur de los Estados Unidos y con una luz veraniega que invita al descanso y al romance.
Reconozco que “Un lugar para refugiarse” y “Cuando te encuentre” me resultaron simpáticas, y hasta incluso emocionantes en muchos de sus momentos. Y ya ni os digo si os nombro, el viaje emocional que supone “El diario de Noah”, su obra (y película) más redonda.
En esta ocasión, aunque todos sus elementos y lugares comunes persisten, hay algo que no termina de funcionar. El director Michael Hoffman no sabe imprimir la sangre necesaria al relato, lo que da lugar a un dulce hecho con sacarina.
Hoffman tiene un historial irregular, con una serie de títulos vacios y sin demasiada implicación.
De todo el relato, lo que más me interesa es la relación de los dos protagonistas con el anciano que los protege, tanto física como emocionalmente. Es conmovedor disfrutar de la interpretación de Gerald McRaney, uno de los rostros de la magnífica serie “House of Cards”.
Siempre que la historia pivota alrededor de él la cosa funciona, no en vano los dos protagonistas se vuelven a unir gracias a la despedida que le tienen que preparar. Es de esas personas que resultan ser nudos importantes para el resto. Seres humanos especiales que muchas veces sin quererlo, hacen que los extremos se atraigan de una manera inesperada.
Harina de otro costal es la endeble subtrama del padre del protagonista, formulada sin demasiado éxito y pasada de largo con bastante insipidez. Y eso que en teoría marca la personalidad de Dawson, un joven que tiene que huir de un hogar que le es completamente hostil y ajeno.
Y aquí es donde vienen los principales problemas de la película. No hay credibilidad en la elección del reparto. No te crees que los jóvenes se terminen convirtiendo en James Marsden y Michelle Monaghan, no se parecen ni físicamente. Lo mismo ocurre cuando vemos a la familia de Dawson, que nada tiene que ver con la fachada que luce su hijo. Nos invitan a creer que un modelo termina saliendo de la familia de “Delivarence”.
En definitiva, un producto al que le hace falta inyectar insulina por todos los costados, y al que le cuesta mucho conmover. Y una pena, ya que como decíamos, las piezas las tiene. Otra cosa es saber manejarlas. Cosa que Michael Hoffman no logra ni por asomo.
Francisco Javier Millan
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