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Voto de Francisco Javier Millan:
8
Comedia En la cima de su carrera artística, Serge Tanneur (Fabrice Luchini) dejó definitivamente el mundo del espectáculo para mudarse a la Isla de Ré y vivir como un ermitaño. Tres años más tarde, Gauthier Valence (Lambert Wilson), un famoso actor de televisión, está planeando una producción de "El misántropo" de Molière, y quiere ofrecerle a Serge el papel principal. Serge le propone a Gauthier cinco días de ensayo para saber si quiere ... [+]
30 de abril de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando recuerde mi vida como productor una de las cosas que más echaré en falta será el contacto con los actores, siempre me he encontrado muy cómodo con ellos, incluso mucho más que con los técnicos y otros profesionales. Reconozco que me he encontrado con grandes personas, y me llegan a la mente muy buenos momentos.
La nueva película de Philippe Le Guay es una estupenda disección de la forma de trabajar de este noble oficio, todo ello aderezado con un toque de nostalgia perfectamente plasmada por el magnífico Fabrice Luchini.
Su personaje está desencantado de la profesión, no entiende lo que ocurre en los rodajes y entre los compañeros, algo que irremediablemente hace identificarme con él.
Luchini y Lambert Wilson están esplendidos, logrando que siempre tengas una sonrisa en la cara, sin obviar un toque melancólico que recorre todo el metraje.
Comedia dramática que incide en el trabajo actoral y su reflejo en la vida real, y es que la vida es puro teatro y viceversa. Es de esas películas que sin darte cuenta llegan a calar hondo, una de esas sorpresas con las que te encuentras casi todos los años, y que no descubres si no traspasas el umbral de ciertas salas algo más minoritarias.
Plasma a la perfección las diferencias entre dos maneras de interpretar, la de los actores televisivos y la de los actores de teatro clásico. Hay un par de escenas geniales a este respecto.
Siempre he pensado que revisionar los clásicos está bastante trasnochado, ocurre en Francia con Moliére y ocurre (hasta el hartazgo) con Lorca en España. La escena en que uno de los actores le enseña al otro a declamar en verso alejandrino clásico es sensacional a este respecto, al igual que cuando se produce el momento en que están viendo uno de los episodios de la serie de televisión que protagoniza uno de ellos.
La trama parece discurrir por terrenos complacientes, pero si piensas que todo el relato va a acabar con un final feliz estás muy equivocado. El tramo final guarda las mejores escenas de todo el conjunto.
El título más recomendable que encontrarás estos días en la cartelera española. Y por favor, no la veas doblada.
Francisco Javier Millan
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