Con esta película inicia Sofia Coppola lo que me temo será una larga carrera(gracias entre otras cosas a ser la niña de papá Coppola, productor de este bodrio) como directora de películas aburridas, pedantes y somnolientas. Nos encontramo sin duda ante un film que sirve como mal ejemplo del cine independiente, justificando, con injusticia por otra parte, el que las películas de autor no conecten con un público de mayoritaio.
En conclusión: si quieres ver buen cine de autor, no veas "Las vírgenes suicidas" pero tampoco ninguna otra película de esta directora; y si también estás enamorado de Kirsten Dunst, alquílate cualquier de las de "Spiderman" que están mucho mejor que ésta, y así no te entraran ganas de suicidarte, como yo, y haciendo juego con el título, después de hora y media de bostezos.