Pocas o ninguna de las caras conocidas -aunque en algunos casos habría tenido su miga- de la troupe ozoriana salvo Manuel Zarzo y "el inspector" Jesús Puente -unos años antes de convertirse en ídolo de todas las señoras cuarentonas (o más mayores) del país presentando un concurso televisivo- como las dos elecciones más convincentes y oportunas para adiestrar al vengador y repartidor de galletas patrio: literalmente, el bicampeón mundial y ganador de 11 campeonatos europeos de karate Jose Manuel Egea.
Lo de compararlo a nivel de héroe de acción, en el poster, con Bruce Lee o Chuck Norris igual suena una mijilla a pitorreo involuntario, pero lo que cuenta es la intención, imagino.
Formando equipo de héroes, a caballo entre los de la futura 'Campeón de campeones' y algunas secuelas de 'Death Wish', Egea está escoltado por otros tres compañeros de tatami Tino Martín, José Manuel Galán y Francisco Egea como equipo justiciero que ayudará a la policía a combatir robos y agresiones perpetrados por El Violador de la Vespino Negro (¡¡!!) que atemoriza al barrio.
Impagable, por cierto, y adelantándose unos años al boom televisivo mencionado, ver a Jesús Puente presentando en el prólogo, en fila como si se tratase de los concursantes de SU MEDIA NARANJA, a "este grupo de chavales" protagonistas de nuestra "película dramática" de karatekas.
Polis buenos, velas zen, vendettas y yonkis en una distraída coctelera trash de clichés del género ahostiador en su vertiente más ochentera removiéndola el barman al que menos te esperarías ver agitándola. Y ojo, no se le daba tan mal. De hecho en alguna que otra pelea el único motivo por el que notarás que no es otra de las secuelas de 'El guerrero americano', y sí una española, es que el atuendo ninja no es incompatible aquí con las medallas ni las cadenas de oro y los matones sueltan "¡mecagonla!" cuando reciben o se disponen a atacar.
Un bizarro objeto de curiosidad (y de coleccionismo, por descontado).
Llegó en el momento idóneo para acomodarse en las estanterías de los videoclubes en una era dorada para este tipo de productos.
¡¡Mecagonla!! ¡¡¡Yiiijaaaa!!!