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Voto de antonio lopez herraiz:
7
2,8
155
Comedia
Manolo y Lola son una pareja que goza de salud, dinero y amor. Pero no pueden cumplir el deseo de tener un hijo. Después de pensarlo bien deciden recurrir a la inseminación artificial y para ello necesitan una madre de alquiler. La cosa parece muy sencilla, sin embargo, la pareja no quiere una madre cualquiera. Ellos buscan una chica que reúna una serie de cualidades que creen fundamentales para su futuro hijo. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2023
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¿Gestación subrogada? ¿vientres de alquiler? ¿con eso nos tiramos de los pelos en 2023?? Si en algo sentó catedra el que esto dirige, fuera la década que fuese, es en adelantarse a su tiempo y convertir en material cómico lo que, al cabo de 33 años, hace que muchos sigan escandalizándose en una premonitoria sátira inflada de picaresca, paternidades crepusculares y, claro está, malentendidos que habrían resultado perfectamente endosables, con el mismo Mariano al frente, a un Paco Martínez Soria un par de décadas antes: un matrimonio que goza de posición económica y salud busca a las candidatas para ser el vientre de alquiler que dé a luz a su futuro primer hijo. Y no, José Luís López Vázquez y Lola Forner no son padre e hija sino que interpretan a un matrimonio que cuela ligeramente menos que el de Paco Martínez Soria y Julia Martínez haciendo lo propio en 'Es peligroso casarse a los 60':
" - Tendremos un hijo, le darás el biberón, le cambiarás los pañales...
- ¡Y los antojos los tendrá otra!
- En el futuro todos los niños nacerán así".
" - Tendremos un hijo, le darás el biberón, le cambiarás los pañales...
- ¡Y los antojos los tendrá otra!
- En el futuro todos los niños nacerán así".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Mariano no se bajaría del carro de la sátira trufada de enredos, ni Montesinos, ni Del Real, ni Aleixandre, ni... pues eso, palabras mayores, como de costumbre.
Lo cierto es que Vázquez y Aleixandre disfrutan de un formidable interludio bufo y quinqui en su odisea taxista nocturna precedida por un inusitado apunte de ternura para Forner realizando juegos manuales al primero con tanto recato como sudor.
Antonio Ozores no sale -tendría catarro o estaría de gira- pero Montesinos le cubre el hueco ejerciendo de amigo jeta con una novia desmontable -pero no especifico en qué parte de su anatomía-, Virginia Mataix.
La puntilla final para el vodevil la aportan la suegra Helga Liné y, vaciando pisos, Curro Summers, Enrique San Francisco o Emma Ozores preestrenando, más de treinta años antes, el outfit de Margot Robbie transformada en Barbie patinadora.
Una estupenda excusa para ver juntos y revueltos a un buen puñado de musos y musas ozorianos, berlanguianos y cuerdistas colándose por el inconfundible filtro del primero (tampoco Antonio Resines se quedó con las ganas de rodar con Ozores, pero fue en la siguiente que no he encontrado ni en youtube).
Y la psicotrópica nana que componía Nacho Cano interpretada junto a María Caneda -voz española de la Sirenita, Mulan o Pocahontas- no tiene desperdicio retronoventero.
Un objeto de curiosidad estrenado tan fuera de su tiempo como, aún hoy, rescatable y vigente por, insisto, controversias actuales.
Lo cierto es que Vázquez y Aleixandre disfrutan de un formidable interludio bufo y quinqui en su odisea taxista nocturna precedida por un inusitado apunte de ternura para Forner realizando juegos manuales al primero con tanto recato como sudor.
Antonio Ozores no sale -tendría catarro o estaría de gira- pero Montesinos le cubre el hueco ejerciendo de amigo jeta con una novia desmontable -pero no especifico en qué parte de su anatomía-, Virginia Mataix.
La puntilla final para el vodevil la aportan la suegra Helga Liné y, vaciando pisos, Curro Summers, Enrique San Francisco o Emma Ozores preestrenando, más de treinta años antes, el outfit de Margot Robbie transformada en Barbie patinadora.
Una estupenda excusa para ver juntos y revueltos a un buen puñado de musos y musas ozorianos, berlanguianos y cuerdistas colándose por el inconfundible filtro del primero (tampoco Antonio Resines se quedó con las ganas de rodar con Ozores, pero fue en la siguiente que no he encontrado ni en youtube).
Y la psicotrópica nana que componía Nacho Cano interpretada junto a María Caneda -voz española de la Sirenita, Mulan o Pocahontas- no tiene desperdicio retronoventero.
Un objeto de curiosidad estrenado tan fuera de su tiempo como, aún hoy, rescatable y vigente por, insisto, controversias actuales.