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Voto de antonio lopez herraiz:
2
Thriller. Acción Dos años después de que su hermano Lucero traicionara a la familia, matando a su padre e hijo y dejándolo a él casi muerto, Max está listo para ejecutar su venganza. El plan, cuidadosamente planeado, lo tendrá que adelantar porque los hombres de Lucero aparecen de nuevo en escena.
4 de junio de 2021
30 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uff... ¿por dónde empiezo? A poco tiempo que cualquiera lleve leyéndome por estos lares virtuales sabrá de lo mucho que me gusta el cine de acción, y para más inri, de lo desacomplejadamente que gozo cual marrano rebozando en un lodazal viendo películas de tercera división. Pero os juro que esto me ha superado, a mí y a mi simpatía por el encefalograma plano fílmico. De hecho la única razón por la que he aguantado ¡una hora! es la curiosidad que me generaba ver, por fin, un producto nacional de artes marciales sin coartadas de thriller. Porque serlo lo es, y por supuesto que la cuarta película de Daniel Benmayor -autor de la estimable, por lo menos para quien esto escribe, 'Bruc, El Desafío'- homenajea con devoción a un cine de hostias como panes muy específico, esos vehículos de lucimiento tardochentero o de los primeros noventa para iconos videocluberos -escasas veces de la pantalla grande- con aptitudes interpretativas de alcance inversamente proporcional al de su destreza física. Pero si aquellos disimulaban sus carencias gracias al doblaje de los actores profesionales, el artista marcial Teo García se reserva aquí el as en la manga de contar con Oscar Casas como sidekicker, logrando que tanto él como su hermano Mario -aquí no implicado-, a su lado, parezcan Laurence Olivier.
Los villanos Oscar Jaenada y Sergio Peris Mencheta se lo pasan como enanos a costa de la broma privada de intercambiar sus roles respectivos de matón y final boss en 'Rambo: Last Blood' (2019, Adrian Grunberg).
¿Y qué más? Pues eso, que ni todo vale ni el encomiable fin de producir un género impracticado en el cine nacional justifica semejante artefacto. Lo único positivo de esta experiencia es que ahora me siento lo suficientemente valiente para atreverme en un futuro, quién sabe, con 'Veredicto Implacable' (1987, Mariano Ozores).
Más suerte la próxima vez. Lo deseo de todo corazón.
antonio lopez herraiz
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