A finales de los 90's el cine ya no formaba parte de las prioridades de Chuck Norris como tampoco lo fue jamás de un totem televisivo del grado de un Michael Preece ('Dallas', 'TJ Hooker', 'McGyver', 'Falcon Crest', 'Bionic Woman') al que Chuck repescaba tras experiencias recientes que compartieran en televisión a caballo entre Logan's war', 'Sons of Thunder' o, la más conocida de todas, su ranger de Texas. A la ecuación en conjunto de ambos se añade Eric Norris -vinculado como doble a su padre aproximadamente desde los 80- encargándose, es de suponer, del grueso de la acción y la "marcialidad" física.
Mientras le durase la cuerda a Cordell Walker en la CBS, Chuck no perdería el hábito de reincidir en largometrajes telefílmicos que se dividían en sendos grupos: los que parecían escritos y dirigidos por un mandril colocado hasta las cejas ('Las campanas de la inocencia', 'El guerrero del bosque') o, como aquí, regresos a lo esencial donde las piernas y la cabellera de Chuck acusaban el paso del tiempo. Para contrarrestar eso están el vigardo guaperas Dylan Neal ('Dawson's Creek', 'Arrow')- el plomo, las explosiones y la acción dentro de las posibilidades presupuestarias que ofrece la caja tonta.
No puedo evitar sentirme fascinado por el método revolucionario de Neal para hacer dominadas mientras Jennifer Tung le muele a patadas circulares el estómago.
Soon-Tek Oh repite como el archienemigo asiático de Norris 15 años después de 'Desaparecido en combate 2' (1985, Lance Hool) y, sean ellos o especialistas, ver a estos dos abuelos arreándose entre ellos en la jungla es de lejos lo más estimulante en hora y media.
La remozada Cannon de este siglo -aunque nacida en el anterior- como Millennium Media continúa sacándole rendimiento -más y mejor- a la idea franquiciada de esta 'The president's man' desempolvando al ex militar y custodio presidencial de marras con una idea que hoy sigue viva gracias a Gerard Butler.
Y es que como, en palabras de Butler, su amiguete Robert Downey Jr le confesase (en condición de espectador): este cine de acción sigue siendo necesario para sus fans. Para ser televisión aguanta bastante bien el tipo.
'El Hombre del Presidente' fue la última película de Michael Preece y, delante de la cámara, de Stuart Whitman ('Los comancheros').
Mejor de lo que esperaba.