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Voto de antonio lopez herraiz:
6
Terror. Ciencia ficción. Acción El ayudante de policía Lance Goyle tiene que investigar los misteriosos ataques de unos tomates asesinos para lo que cuenta con una experta en tomates, El creador de los tomates, Mortimer Gangrena, quiere matar a la tomatóloga porque se interpone en sus planes de conquistar el mundo. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2022
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Lo bueno de las tomatinas es que siempre vuelven (y no lo digo por las de Buñol), con razón de más si tienen a un John Astin que desde el principio tomó conciencia de cuál es su rol: Mortimer Gangrena es un villano de cartoon como El Coyote, Elmer Gruñón o Sam Bigotes.
Y puesto que empiezo mencionándolo a él, no hay mejor forma de ilustrar la asignatura pendiente a la que se enfrenta John De Bello en la tercera entrega que recordando el gag con Morty reprochándose a sí mismo por no poder darle una expresión de fiereza a su criatura hasta que la dotase de ojos con... ¡¡un muñeco de Mister Potato!! en el capítulo anterior.
Y solventado dicho escollo, ¿qué nos queda, pues? Una nueva invasión roja más tocada que nunca -colmillos y ojos mediante- por la varita del por entonces desinflado boom de la comedia "de terror" con monstruos diminutos: Gremlins, Critters, Ghoulies... etc con diferentes personalidades y pintazas.
Esta vez ni el bueno de Jason Vorhees será capaz de rivalizar con su sed de sangre, muertes y destrucción masiva, en la ciudad o en la mismísima Crystal Lake (es decir, dentro de lo que las licencias permiten).
Un oficial de policia (Rick Rockwell) y una experta tomatóloga -como los "ólogos/as" expertos en todo que colaboran en LA SEXTA pero con tomates, vamos- mas Stephen Peace enfundándose (por última ocasión) el uniforme de paracaidista: sí que volvería para colaborar en la escritura de... bueno, eso ya vendrá.
Viendo la naturalidad con la que a Crystal Carson le entran sus ataques de histeria -dentro o fuera de la ducha- no me cuesta imaginarla como la entrenadora de actuación que es desde hace veinte años. No, ahora en serio: se nota que domina a la perfección lo que implica una interpretación en una spoof movie.
Si la primera ponía el acento en la invasión -más o menos, lo que los dólares permitían- y la segunda en las pesquisas del mad doctor, ésta reincide sobre lo segundo y suple las carencias de lo primero en su fundadora con igual humor surrealista y sin medio dedo de frente.
¿Acaso podía ser de otra forma??
Esto no es sangre, detective. Es... ¡¡¡zumo de tomate!!! (un pelín menos ácido)
antonio lopez herraiz
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