Un año después de la mediocre y lacrimógena producción "Un príncipe de Navidad" Netflix se esmera lanzando su secuela que esta vez supera con creces a su precursora en lo que a mediocridad se refiere.

NO hay duda, Netflix parece empeñada en producir fatalidades cinematográficas. De otro modo no perseveraría de tal modo teniendo un producción con bajísimas calificaciones produzca su secuela con los mismo actores, gionista, musicalizador y fotógrafo. ¿Qué puede cambiar? SI se ha recurrido a lo mismo.

De más está decir algo que ya no se ha dicho en los comentarios de la antecesora que por demás critican muy duramente a este bodrio bestial que nos entrega Netflix sin un aṕice de vergüenza.

En fin... una película bien Netflix, es decir bien mala.