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España España · Madrid
Voto de Eduargil:
7
Drama Años 80. El joven Aram, un marsellés de origen armenio, hace explotar el coche del embajador de Turquía en París. En ese momento, un ciclista que pasaba por allí es herido de gravedad. La madre del terrorista se siente culpable y siente la necesidad de ir a la habitación del hospital del herido para pedirle perdón, algo que éste no entiende. Por otra parte, Aram, en contra de la opinión de sus compañeros, decide ir a conocer a su víctima. (FILMAFFINITY) [+]
22 de marzo de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película del director Robert Guédiguian, estrenada en el Festival de Cannes del año 2015, y que participó en la Sección Oficial del Festival Internacional de Valladolid o Seminci de ese mismo año, Una Historia de Locos, llega a las pantallas españolas con dos años de retraso. La película se basa en la historia real del periodista español José Gurriarán, que fue víctima, en el año 1981 en Madrid, de un atentado perpetrado por el Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia. Estreno el próximo viernes 24 de marzo.

En Una Historia de Locos aparece como telón de fondo el considerado primer genocidio de la era moderna, el realizado entre los años 1915 a 1923, con la deportación forzosa y exterminio de casi dos millones de armenios por el Imperio Otomano, aunque el gobierno turco nunca lo ha reconocido como tal. La película arranca a través de una fotografía en blanco y negro, con un hecho histórico acaecido en el año 1921: el asesinato del activista armenio Soghomon Thelirian contra Talat Pashá (el que fuera Ministro de Interior turco-otomano en 1915 y máximo responsable del genocidio) en plena calle de Berlín, y su posterior juicio por el que fue declarado inocente. Tras este largo prólogo, la acción de la película se traslada, con una fotografía ahora en color para diferenciar ambas épocas, tres generaciones armenias después, a los años 80 en Marsella.

Robert Guédiguian, de ascendencia armenia, vuelve a tocar el tema armenio diez años después, desde Le voyage en Arménie (2006), un poco obligado con la causa, y con Una Historia de Locos cumple en cierta forma con su responsabilidad, al tiempo que hace justicia con sus antepasados. El director ha declarado que, desde el rodaje en 2006 de aquella película, y a medida que se acercaba el centenario del terrible acontecimiento, rondaba por su cabeza contar la historia de la memoria de ese genocidio; conocer a José Gurriarán fue lo que le impulsó definitivamente para realizar este proyecto. Le fascinó la historia de alguien que quiso entender antes que juzgar.

La historia de Aram (Syrus Shahidi), un joven marsellés de origen armenio perteneciente a la tercera generación, que hace explotar el coche del embajador de Turquía en París, y en la que Gilles Tessier (Grégoire Leprince-Ringuet) queda gravemente herido tras pasar en ese momento por allí con su bicicleta, está basada en la historia real vivida por el periodista español José Gurriarán, y contada en su libro La bomba. Gurriarán fue víctima en 1981 de un atentado en Madrid perpetrado por el Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia, ASALA, y en el que quedó medio paralítico. Gilles Tessier, al igual que José Gurriarán no sabe nada del conflicto y las reivindicaciones armenias, por lo que, para superar su situación, intenta entenderlas, leyendo y documentándose sobre el genocidio en un principio, para posteriormente intentar conocer al responsable del atentado.

El joven Aram, como parte de una tercera generación que empieza a interrogarse y a hacerse preguntas sobre sus orígenes, además de querer reivindicar su identidad, se une a un grupo que practica ataques armados por toda Europa con el fin de conseguir captar la atención internacional sobre el genocidio armenio. Guédiguian, en un tono humanista, realiza una serie de planteamientos y dilemas morales que resuenan con bastante fuerza en el revuelto y actual panorama político internacional, debido a la escalada de ataques terroristas realizados de forma indiscriminada en el continente europeo.

Una Historia de Locos nos hace reflexionar hasta qué punto se puede defender una causa política que justifica el asesinato de personas inocentes. En este planteamiento radica la evolución del personaje de Aram, exiliado en una milicia sin estado en el Líbano para luchar en una guerra que no tiene ninguna esperanza de éxito, y con el peso en su conciencia de haber destrozado la vida de una persona inocente. Por tal motivo, Aram, a pesar de la oposición de sus compañeros, decide ir a conocer a su víctima. Observamos un pueblo armenio en constante lucha, que no encuentra una solución válida a través de las armas para recuperar sus ansiadas tierras, y vemos cómo, encima, está dividido en facciones por sus diferentes formas de ver la contienda.

Guédiguian intenta situarse en un punto de neutralidad, y para ello se centra más en la relación de Aram con su madre (una espléndida Ariane Ascaride), la cual, a pesar del amor ciego por su hijo, pide perdón a la víctima (Gilles) y busca en todo momento el encuentro entre ambos. En cambio, pasa un poco de largo en la relación con su padre (Simon Abkarian), que no siente rencor, ni odio, sino simplemente desaliento y aflicción; ha aprendido a adaptarse a las nuevas circunstancias, y a ser agradecido con el país que le ha acogido.

La película nos ayuda a meditar sobre una serie de nociones relacionadas con la memoria histórica, la venganza, el amor, el remordimiento y el perdón. El dolor de una madre y de un pueblo sirve para hacer una reflexión sobre el bien y el mal, además de hacernos pensar sobre el concepto de causa justa. Lo que para unos es una causa justa, para otros, en cambio, no lo es. La principal enseñanza extraída en Una Historia de Locos es que la voluntad de entender siempre debería prevalecer sobre la venganza.

CINEMAGAVIA
Eduargil
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