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España España · Madrid
Voto de Eduargil:
6
Drama Todo comienza de madrugada en un mar tempestuoso con tres jóvenes surfistas. Unas horas más tarde, en el camino de vuelta sufren un accidente. En el hospital Havre, la vida de Simón pende de un hilo. Mientras tanto, en París, una mujer espera un trasplante providencial que le pueda prolongar su vida. Thomas Remige, un especialista en trasplantes, debe convencer a unos padres en estado de shock de que ese corazón podría seguir viviendo ... [+]
30 de julio de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reparar a los Vivos es el tercer largometraje del director nacido en Costa de Marfil, Katell Quillévéré basada en la premiada novela del escritor francés Maylis De Kerangal. El libro explora los dilemas filosóficos de las donaciones de órganos y, aunque la trama es simple, Katell Quillévéré consigue dotarla de emoción y mostrar su visión humana sobre la interconexión de los seres humanos y el frágil milagro de la vida. El año pasado, Reparar a los Vivos, fue seleccionada para importantes Festivales de Cine como Venecia, Toronto o la Seminci de Valladolid. Estreno el 4 de Agosto.

En la séptima y última jornada de la Semana Internacional de Valladolid, Seminci 2016, tuve la ocasión de ver Reparar a los Vivos, de Katell Quillévéré, una película que nos lleva por el largo y triste camino de la donación de órganos cuyo inicio empieza por su propia aceptación. La historia comienza con tres jóvenes surfistas disfrutando de las olas de un mar revuelto. En el viaje de vuelta en coche, el agitado día les adormece y sufrirán un accidente en el que el único que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, Simón (Verdet Gabin) se encuentra en estado de muerte cerebral mantenido vivo por las máquinas. Los padres de Simón se enfrentan a un dolor insoportable y difícil de digerir, pero los órganos están vivos y pueden servir para salvar la vida de otra persona, por lo que al final los padres aceptan la donación y aparece en escena Claire (Anne Dorval) que sufre una enfermedad del corazón y espera un donante. Ella será la elegida para recibir el corazón de Simón.

Reparar a los Vivos es mucho más que una película sobre la donación de órganos, es una representación de todas las personas que intervienen en el proceso. Se nos presenta a la familia destrozada que debe tomar tan delicada decisión, el equipo de médicos intervinientes en el proceso, desde mediadores a enfermeros, psicólogos, cirujanos…, para finalizar con la presentación de la esperanzada familia receptora de la donación.

Hay tres relatos distintos pero entrelazadas en la película que se muestran como un complejo caleidoscopio de historias y sentimientos. Los padres separados de Simón (Emmanuelle Seigner y Kool Shen) reunidos por una tragedia, perplejos ante el desastre que les ha tocado vivir; una madre soltera, Claire (Anne Dorval) a la espera de un trasplante de corazón y a la que vemos fumar un cigarro furtivo (quizás tenga algo que ver); y el grupo de profesionales médicos involucrados en el proceso de trasplante de órganos, en la figura del cirujano jefe (Bouli Lanners) encargado de informar a los padres de la muerte cerebral de Simón, la nueva enfermera (Monia Chokri) que ayuda a éstos a mentalizarse y acostumbrarse con la fatal pérdida al tiempo que cuida de Simón con sumo cariño y delicadeza, o el coordinador de trasplantes, Thomas Rémige (Tahar Rahim), acostumbrado a guiar a los padres desolados hacia su terrible decisión, con la delicadeza y fineza que se requiere en esos momentos.

En cierta forma, la película es casi una alabanza a la profesión médica, se necesita rápidamente extraer el corazón, conservar y mantener el órgano vivo durante su traslado (a veces largo viaje), para que finalmente un nuevo equipo médico realice el trasplante. Toda una serie de pequeños enlaces que permiten ese gran milagro: cuando una vida termina, a otra se le da la oportunidad de continuar. Al término de la película nos enteramos de todo el complicado proceso que conlleva una donación de órganos como si se tratara de un documental de ficción.

Conoceremos la perfecta sincronización de efectivos y medios existentes antes y durante la realización del trasplante, hasta el punto de presenciar, como si fuéramos alumnos de la Facultad de Medicina, la pericia en el manejo y la utilización del bisturí tanto para extraer el corazón de Simón, como para instruirnos sobre la incisión en el nuevo cuerpo donde se realiza el trasplante y poder contemplar el latido de este órgano que inicia una nueva vida. La intención de Katell Quillévéré es que veamos un trasplante de órganos como un espectáculo bello donde la muerte da paso a la vida y hacernos reflexionar sobre lo extraño que resulta ese equilibrio existente entre la vida y la muerte. Aunque entiendo perfectamente el mensaje de Quillévéré, según mi modesta opinión, se podía haber evitado alguna que otra escena de cirugía tan detallada y explícita.

La muerte del personaje principal en una película normalmente implica la finalización lógica de la historia, sin embargo en Reparar a los Vivos, simplemente supone el comienzo de la misma. Una serie de flashbacks nos permite conocer realmente a Simón tras su muerte, revisar su vida, conocer sus aflicciones, sentimientos y aspiraciones. La muerte prematura de Simón trae dolor para una familia y esperanza para otra, con lo que Quillévéré crea una exploración enternecedora no sólo de la muerte, sino también de la vida, el amor y la fragilidad. Resulta conmovedor ver a todos los personajes de Reparar a los Vivos, relacionarse unos con otros, mostrando tanta fragilidad, como si la vida misma fuese algo efímero. Katell Quillévéré realiza un brillante y emocional retrato sobre las vueltas inesperadas que da la vida.

Por limitación de espacio, el resto de la crítica en:

Cinemagavia: https://cinemagavia.es/pelicula-critica-reparar-a-los-vivos/
Eduargil
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