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Voto de Miguel Castaño:
8
Thriller Moscú, años 80, Guerra Fría. Defraudado por el régimen comunista, el coronel del KGB Serguei Grigoriev se propone derrocarlo. Se pone en contacto con el ingeniero francés Pierre Froment, al que proporciona información altamente confidencial que no tarda en llegar al propio Mitterrand, quien, a su vez, alerta al presidente Reagan sobre la existencia de una gigantesca red de espionaje gracias a la cual los soviéticos conocen hasta el más ... [+]
29 de junio de 2011
52 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que la Guerra Fría sea a las historias de espías lo mismo que París es a las historias de amor, o lo que la CIA a los thrillers de suspense. ‘El Caso Farewell’ (Christian Carion) pica un poco de cada plato y nos brinda una notable película sobre las angustias y desvelos que viven los espías de verdad, esos que lo mismo tienen que lidiar con gobiernos extranjeros que con sus propias familias.

El Caso Farewell toma su nombre de “uno de los mayores casos de espionaje del siglo XX”, en palabras de Ronald Reagan. En los años 80, en Moscú, un coronel del KGB se siente defraudado por su país y se propone derrocar al sistema pasando información a los servicios secretos occidentales. Su enlace será un ingeniero francés que, de no tener apenas contacto con los peces gordos de la Inteligencia francesa, verá pasar por sus manos los secretos más ocultos del espionaje ruso. Los eventos que narra la película son los que acabarían finalmente con todo el poder de la inteligencia soviética.

La película tiene un inicio un poco lento, rodada en un estilo realista en el que el director más se preocupa por presentarnos la complicada trama que por hacerla avanzar. Aunque, una vez nos hemos ubicado, se abandona poco a poco el estilo documental para ir tomando aspecto de thriller, dejando unos 20 minutos finales de verdadero lujo.

Sin pegar un solo tiro, ‘El Caso Farewell’ consigue ser una buena peli de acción, un buen drama, un buen thriller y un buen documental. No llega a ser una Jungla de Cristal, ni un Caso Bourne, ni Un Profeta, pero se les acerca, y gran parte del mérito lo tienen la pareja de protagonistas (Emir Kusturica y Guillaume Canet) excelentes y creíbles en todos sus registros.

Una película muy recomendable en todos sus aspectos. Y siempre es agradable ver que, si un adolescente ruso se tiene que esconder para escuchar a Queen, el presidente de Estados Unidos tenga que hacer lo mismo para revisionar sus películas, una, y otra, y otra vez.
Miguel Castaño
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