De las dos películas estrenadas por el 10º aniversario de esta terrorífica saga, es esta sin duda la más profunda y abstracta. Si bien es cierto que se agradece un poco de profundidad en la película, intentando no recurrir al susto facilón, se echa de menos precisamente eso. Girl in Black plasma esa parte liosa y tediosa de la maldición que no vimos tanto en la producción paralela, y que requiere de más atención por parte del espectador para comprender lo que ve (más aún cuando hablamos de una película asiática y su obsesivo metafórico).

Queda evidenciado que ambas películas constituyen un conjunto, y que ambas se quedan cojas al ser vistas por separado. Todo lo que una no tiene la falta a la otra, son absolutamente complementarias (hasta en los títulos) y conviene verlas casi de seguido para llegar a saborear ese conjunto de factores que tanto maravilló en las dos primeras películas de la maldición. Sin embargo, esta película en concreto, por ser la que tiene la parte más profunda y menos visible, es más aburrida como entretenimiento lúdico que su paralela, y es por ello que acaba siendo peor película, aunque al fin y al cabo no deja de ser un criterio subjetivo.

En cualquier caso, no se desmerece el trabajo hecho previamente en ambas películas y se nota mucho la supervisión de su creador en ambos proyectos. Como película en sí mismo no es gran cosa, pero como complemento es bastante valiosa.