Esta crítica se escribe después de escribir la crítica del otro arco de la serie, por lo que no voy a repetir demasiado y os invito a que busquéis dicha crítica para darle más sentido a ésta.

Tengo claro que, a pesar de estar peor considerada, este arco me gustó mucho más que el otro. Partiendo de que el reparto de Danganronpa 2 me parece perfecto, el hecho de tener una serie donde se narran sus aventuras ya es un plus. Son capítulos que contrastan mucho con los de la otra rama, felices y montados como una serie de instituto protagonizada por una clase carismática. Algunos personajes quedan apagados con respecto al juego, como es el caso de mi querida Ibuki, pero como serie casi fan service funciona bien.

Desgraciadamente, y sin spoilear, lo que debería durar al menos cuatro capítulos dura prácticamente uno. La parte final, la verdadera razón de esta serie, es bastante decepcionante. Si tan sólo hubieran apostado más por mostrar esa evolución necesaria y sobre todo las consecuencias, podría haber sido una gran serie.

De nuevo Danganronpa demostrando que funciona increíblemente bien como videojuego, pero fracasa en todas las demás artes.