Simpática película que une diversos géneros, siendo el de la pura comedia el que gana la función.
Porque todo lo que ocurre en la cinta está supeditado al prisma del humor bajo el que está todo narrado.
Hay elementos de thriller, de película policíaca, incluso de phsycho killer, pero todo contado con mucho humor, a veces jocoso, otras con indudables apuntos de fino estilismo, pero siempre haciendo reír al espectador que, no obstante, debe entrar en la gran broma que resulta ser, al fin y al cabo, este trabajo del para mí ignoto Finn Taylor.
También se ha dicho por ahí que todo está supeditado al género de la comedia romántica, y es cierto por cuanto es, al fin y al cabo, la búsqueda del verdadero amor, del verdadero cariño, lo que está permanentemente en juego.
El desarrollo del filme es irregular, con episodios verdaderamente logrados, como el del tristemente desaparecido Chris Penn, otros de auténtico descojono, como el de Julianna Magulies, y otros un tanto tontos, pero siempre se logra la sonrisa cómplice del espectador.
No, no se trata en absoluto de una buena película, pero sí efectiva en su humor, bastante graciosa, y que está realizada sin otro ánimo que hacer pasar un buen rato al espectador.
Y creo que, sobre todo a la entregada labor de sus eficaces intérpretes, se consigue.